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Manuel Comabella López

Director del Laboratorio de Neuroinmunología Clínica en el Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat) y especialista en Neurología del Hospital Universitario Vall d'Hebron en Barcelona

Se trata de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California (San Francisco, EE.UU.) en muestras de sangre de militares estadounidenses en servicio activo. Identifican un grupo de 250 individuos que desarrollaron posteriormente esclerosis múltiple (EM) y tenían disponible una muestra de sangre varios años antes de tener los primeros síntomas de la enfermedad y un año después de la misma. Identificaron también un grupo control de 250 individuos de características demográficas similares que no desarrollaron esclerosis múltiple.  

En un subgrupo formado por un 10 % de los individuos que desarrollan esclerosis múltiple, encuentran en la sangre un patrón de anticuerpos específico dirigido contra varias proteínas del propio organismo, que no está presente en los restantes individuos que desarrollan la enfermedad, ni tampoco en el grupo control, y este patrón parece estable a lo largo del tiempo. Además, los individuos con este patrón tenían una concentración más elevada de neurofilamentos de cadena ligera en sangre, una proteína que indica daño en las neuronas. 

El acceso a muestras de individuos antes del desarrollo de una enfermedad tiene una importancia capital para estudiar los factores biológicos que operan o influyen en las fases iniciales de las enfermedades complejas como la esclerosis múltiple, en la cual se produce una interacción entre factores genéticos y ambientales. El estudio es también importante porque permite desgranar la elevada heterogeneidad inherente a la esclerosis múltiple e identificar un subgrupo de pacientes que se caracteriza por una respuesta de anticuerpos frente a proteínas del propio organismo –diferente a la de otros pacientes con la enfermedad y diferente de los individuos sanos– que puede ayudar en un diagnóstico más temprano de estos pacientes. Aunque no se demuestra en el estudio, quizás estos pacientes presentarán también un peor pronóstico de su enfermedad, en base a las concentraciones más elevadas de neurofilamentos encontradas en sangre, y necesitarán un tratamiento más agresivo para su enfermedad.

ES