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Ernesto Rodríguez Camino

Meteorólogo Superior del Estado y presidente de la Asociación Meteorológica Española

Entre otras declaraciones y acuerdos, la COP27 ha llegado finalmente a establecer un fondo para responder a las pérdidas y daños asociados a los efectos adversos del cambio climático en los países en desarrollo que son especialmente vulnerables, si bien, lamentablemente, el desarrollo y normativa de este acuerdo se pospone para la siguiente COP. Aunque este punto del texto final había levantado muchas expectativas, su formulación final ha permitido al menos fijar un punto de partida para dar contenido y forma en sucesivas negociaciones a las compensaciones a los países más afectados por los efectos del cambio climático. 

Es importante destacar que la ciencia tiene un papel esencial en todo el proceso de las negociaciones en la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, tal y como se viene reconociendo en los sucesivos textos aprobados en las sucesivas COP. En particular, en el texto aprobado en esta COP se mencionan explícitamente los resultados de los recientes informes de los grupos de trabajo II (impactos, adaptación y vulnerabilidad) y III (mitigación) del Sexto Informe de Evaluación del IPCC, que constituyen la base común sobre la que se apoyan las negociaciones.  

En particular, la comunidad científica ha avanzado sustancialmente en estos últimos años en la ciencia de la atribución de eventos al cambio climático permitiendo diferenciar, incluso en tiempo real, cuándo un evento meteorológico o climático puede ser atribuido a la variabilidad natural o al cambio climático. Cuando se desarrolle la norma para las compensaciones económicas asociadas a las pérdidas y daños por el cambio climático, estos estudios de atribución tendrán un papel fundamental. 

ES