Ernesto Rodríguez Camino
Meteorólogo Superior del Estado y presidente de la Asociación Meteorológica Española
El Niño constituye la fase positiva de un fenómeno cuasi periódico —denominado El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por su acrónimo en inglés)—principalmente relacionado con el calentamiento del océano Pacífico oriental ecuatorial. Históricamente se sabe que tiende a recurrir con una frecuencia de entre 2 y 7 años y que empieza a desarrollarse entre abril y junio para alcanzar su máxima intensidad entre octubre y febrero. Típicamente dura entre 9 y 12 meses, aunque ocasionalmente ha llegado a durar 2 años. El fenómeno es el causante de anomalías climáticas en zonas alejadas de la Tierra —las denominadas teleconexiones climáticas— que permiten establecer relaciones entre estas anomalías —por ejemplo, precipitaciones más intensas, sequías, etc.— y la fase e intensidad del fenómeno ENSO.
La intensidad de ENSO —medida como el calentamiento (o enfriamiento en las fases negativas) de ciertas zonas determinadas del océano Pacífico oriental ecuatorial— determina también la intensidad de las anomalías climáticas en zonas alejadas. Los años en los que tiene lugar un evento de El Niño intenso favorecen un aumento de la temperatura media en superficie de la atmósfera y, si a esto se une la tendencia al calentamiento global por efecto de los gases de efecto invernadero emitidos por el uso creciente de combustibles fósiles, la temperatura media anual de la atmósfera tiende, con bastante probabilidad, a batir récords.
La OMM ha declarado el inicio una fase positiva de ENSO y las predicciones estacionales realizadas con una variedad de modelos indican que, por el momento, se mantendrá esta fase durante los próximos meses. El que se bata un récord de temperatura anual media dependerá, entre otros factores, de la intensidad que finalmente alcance este evento de El Niño que ahora comienza. Los eventos intensos llevan asociados importantes anomalías climáticas en ciertas zonas del globo, en particular, en las zonas terrestres que circundan al océano Pacífico ecuatorial, pero apenas se detectan en Europa occidental ya que existen otros factores que afectan a la variabilidad climática y que, con frecuencia, son más relevantes sobre esta parte del globo.
En definitiva, probablemente veremos un impacto en el calentamiento medio de la Tierra, si bien este calentamiento no tiene por qué reflejarse de una forma excepcional sobre España en los próximos meses más allá del gradual calentamiento causado por las emisiones de gases de efecto invernadero.