Ernesto Rodríguez Camino
Meteorólogo Superior del Estado y presidente de la Asociación Meteorológica Española
El Informe WWA 2025 insiste en que vivimos ya en un clima profundamente alterado, con unos impactos desiguales, una evidencia científica desigual y unos límites claros a la adaptación. Frente a todo ello, la única vía realista para evitar consecuencias catastróficas e irreversibles del cambio climático es reducir rápidamente las emisiones a la vez que se fortalecen de forma simultánea la adaptación, la ciencia y la equidad global.
El informe concluye que, desde la firma del Acuerdo de París en 2015, mientras que el calentamiento global ha aumentado 0,3 °C, algunas olas de calor se han vuelto casi diez veces más probables, lo que constituye una evidencia más de que, en lo que respecta al cambio climático, cada fracción de grado importa. El informe insiste en que las olas de calor son los eventos meteorológicos extremos más mortíferos y también lo fueron en 2025, si bien la mayoría de las muertes relacionadas con el calor siguen sin reportarse y valorarse adecuadamente a nivel global. Al contrario que otros eventos extremos, como las inundaciones o los incendios forestales, las olas de calor pueden denominarse con razón el ‘asesino silencioso’, ya que no dejan tras de sí un rastro de destrucción como sí lo dejan los temporales o los incendios forestales.
Los estudios de atribución en tiempo real que realiza la iniciativa WWA tienen un gran valor porque conectan científicamente los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos concretos con el cambio climático causado por el ser humano. El aumento de la frecuencia e intensidad de estos fenómenos extremos es quizás una de las consecuencias del cambio climático que más afecta y que más nota la población, por lo que este tipo de estudios contribuyen grandemente en la comunicación del problema del cambio climático.