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Teresa Castro Martín

Profesora de Investigación en el Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

En 2020 el mismo equipo de investigación del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) también publicó en Lancet unas proyecciones globales de población a las que se les dio mucha publicidad. Aquel estudio recibió algunas críticas por parte de los expertos en demografía por inconsistencias metodológicas.   

Las proyecciones de población más utilizadas globalmente siguen siendo las que produce bianualmente la División de Población de Naciones Unidas (las últimas: World Population Prospects 2022) y el Wittgenstein Centre for Demography and Global Human Capital (Austria). Las que produce el IHME se publicitan más, pero se nota que los autores principales (de un equipo de más de 500 colaboradores firmantes) no son expertos en fecundidad.  

De todas formas, el estudio ilustra bien las tendencias esperables en un futuro próximo (2050) y otro más lejano (2100): una reducción sostenida de la tasa de fecundidad a nivel global y en casi todos los países. Este estudio estima un descenso de la fecundidad a nivel mundial, y sobre todo en el África-subsahariana, más rápido que Naciones Unidas. El estudio de Lancet prevé que la tasa de fecundidad mundial caerá por debajo del nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer) en torno a 2030, mientras que la previsión de Naciones Unidas es que esto ocurra en torno a 2050.  

Una aportación importante del estudio es resaltar el contraste demográfico entre los países más ricos (con una fecundidad muy baja) y los países más pobres (con una fecundidad todavía elevada). A nivel global, los nacimientos cada vez estarán más concentrados en las zonas del mundo más vulnerables al cambio climático, la escasez de recursos, la inestabilidad política, la pobreza y la mortalidad infantil.  

Otra de las aportaciones importantes es la estimación del impacto que podrían tener las políticas familiares —como la ampliación de los permisos parentales, la universalización de las escuelas infantiles, las ayudas a los cuidados infantiles o facilitar el acceso a los tratamientos de reproducción asistida— en los países con una fecundidad muy baja. Se estima que el impacto sería modesto, pero podría evitar que la fecundidad siguiera descendiendo en estas sociedades.  

Las limitaciones del estudio son las propias de todas las proyecciones de población. El margen de error depende de los datos, hipótesis y modelos utilizados y aumenta progresivamente con el horizonte temporal de la proyección. Por eso, la práctica habitual es revisarlas periódicamente.

ES