La producción ganadera es un factor fundamental para el aporte de proteína de calidad en la alimentación humana, así como un importante recurso económico en muchos países. El aumento progresivo de la población humana mundial, junto con en el incremento de la demanda de alimentos con mayor calidad nutritiva, ha disparado la producción porcina, bovina y avícola en todo el mundo.   

Este crecimiento de las poblaciones ganaderas de estas y otras especies animales ha originado un cambio de escala hacia grandes explotaciones intensivas, así como el incremento del comercio global de animales y de sus productos. Los modernos sistemas productivos determinan o facilitan la emergencia de nuevos desafíos como el auge de enfermedades infecciosas, muchas de ellas de carácter zoonótico, que amenazan la salud pública, la seguridad alimentaria, la eficiencia productiva y la sostenibilidad ambiental. Frente a estos retos, es esencial la aplicación de medidas eficaces de prevención y control de dichas enfermedades. 

Estamos asistiendo en los últimos años a la aparición y/o extensión de brotes de nuevas, y no tan nuevas, enfermedades infecciosas en España y en el resto de Europa, que afectan al ganado bovino como la dermatosis nodular contagiosa (DNC), la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) o la tuberculosis bovina; la peste porcina africana (PPA) y la gripe porcina en el ganado porcino; o la gripe aviar de alta patogenicidad en aves de corral y silvestres.   

Una medida esencial en la lucha frente a las enfermedades infecciosas es la vacunación de los animales en aquellos casos en los que existe una vacuna eficaz y segura. Es importante recalcar que la decisión de vacunar animales depende de la enfermedad que se trate; hay algunas que, por su gravedad y trascendencia, están sujetas a la declaración obligatoria a las autoridades sanitarias nacionales o internacionales que son las que determinan la obligatoriedad de la aplicación de la vacunación o de otras medidas de control, en función de su disponibilidad, viabilidad u oportunidad. En otros casos de menos gravedad, es el propio veterinario de la explotación el que determina la pertinencia de su aplicación en función de criterios clínicos, económicos, etc.   

En cualquier caso, el mantenimiento de una cabaña ganadera sana, segura y productiva a nivel global, tiene que realizarse de forma coordinada entre las autoridades sanitarias en sus distintos niveles, local, nacional y, finalmente, mundial. Y, para ello, es imprescindible disponer de la información necesaria de la evolución de las distintas enfermedades que afectan a lo largo del tiempo y del espacio.   

En este trabajo, se ha realizado una estimación de la incidencia y de la cobertura de vacunación global de 104 enfermedades que afectan al ganado vacuno, porcino y aviar en 203 países y territorios durante las dos últimas décadas. Como resultado del estudio, seleccionan las 11 enfermedades con mayor grado de aplicación de programas oficiales de vacunación en 2025 para estimar la cobertura vacunal de las poblaciones ganaderas en riesgo a nivel mundial. Del estudio se desprende que, para reducir la incidencia mundial de algunas importantes enfermedades del ganado, se deben reforzar las medidas de vacunación en India y Argentina para el ganado vacuno, China y Rusia para el porcino y China, Brasil e Irán para las aves de corral. 

ES