Ignacio Doadrio
Profesor de investigación en el departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC)
¿Qué destacarías del estudio?
“El tratar el agua con un enfoque ecológico que es clave para preservar la vida de numerosos organismos y de los ecosistemas acuáticos. Si bien es conocido el papel del agua dulce para cubrir las necesidades humanas, cuya disponibilidad se verá cada vez más limitada por el aumento previsto de la población y el calentamiento global del planeta, es mucho menos conocido su papel como un sistema vivo que preserva servicios ecosistémicos esenciales albergando una enorme diversidad. Sin embargo, como señala la publicación estos ecosistemas acuáticos y la vida que albergan están enormemente amenazados, en mayor medida que los terrestres, y se requiere un cambio en la gestión de las cuencas hacia políticas que permitan a los ecosistemas hídricos autosustentarse, regenerarse y conservar la enorme diversidad que albergan”.
¿Cuáles de estas especies son más importantes en España?
“Sin duda, los peces de agua dulce destacan por su relevancia. España alberga una ictiofauna única, considerada la más antigua y endémica de Europa, con un elevado número de especies amenazadas incluidas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Este alto grado de amenaza se debe al aislamiento geográfico que representan los Pirineos y a los procesos internos de reordenamiento de cuencas, que han favorecido una notable diversificación de estas especies a lo largo del tiempo”.
¿El estudio tiene alguna limitación destacable?
“Faltan en su análisis o están mal representados algunos grupos muy importantes como los moluscos de agua dulce en la península ibérica que albergan gran diversidad. La falta de estudios poblacionales y la consideración de estos estudios como esenciales para su inclusión en alguna categoría de amenaza hace que muchas especies figuren en las Listas Rojas como datos deficientes (DD) cuando probablemente se encuentran amenazadas de extinción. Muchas regiones tienen sistemas de monitoreo para estas especies insuficientes que se podrían cubrir con técnicas modernas y poco costosas como ADN ambiental. Falta de un modelado para ver el impacto real en el futuro del cambio global”.