Ignacio J. Molina Pineda
Catedrático de Inmunología
La respuesta inmunitaria específica, tanto de linfocitos T (responsables de la inmunidad celular) como de los linfocitos B (responsables de la producción de anticuerpos) tiene lugar en los llamados órganos secundarios del sistema inmunitario, entre los que se encuentran los ganglios linfáticos. Tras una inmunización, las células presentadoras de antígeno residentes en las distintas capas de la piel captan el antígeno y deben migrar hacia los ganglios linfáticos más próximos. Allí comenzarán a presentar el antígeno hasta que encuentran una célula B que lo reconoce, se activa y comienza a producir anticuerpos, generando finalmente células memoria que se activarán en un segundo encuentro con el mismo antígeno.
El estudio de los grupos australianos ha demostrado que la reinmunización en la misma área en la que se produjo el primer contacto con el antígeno conlleva una más rápida y eficaz respuesta inmunitaria. La razón es que las células residentes en los ganglios de la zona, especialmente las células B memoria, tendrían una mayor capacidad de respuesta al encontrarse en un entorno presensibilizado que ya respondió a ese antígeno.
El elegante estudio no solo demuestra la dinámica de la respuesta en modelos animales, sino que además lo comprueba en un grupo de voluntarios sometidos a la vacunación frente al SARS-CoV-2 (covid). Si bien las personas reinmunizadas en el mismo brazo respondían más rápidamente y con mayor eficacia que los inmunizados en el brazo contralateral, esta diferencia tendía a neutralizarse a lo largo del tiempo. Por tanto, si bien la inmunización contralateral también va a ser eficaz a largo plazo, este descubrimiento puede ser importante en un entorno de pandemia, donde se requiera alcanzar una rápida y potente protección en la población.