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Inmaculada Peñuelas Calvo

Psiquiatra del niño y del adolescente, Unidad de Interconsulta-Enlace y Urgencias Infanto-Juvenil del Hospital 12 de Octubre y profesora asociada en el departamento Medicina Legal, Psiquiatría y Patología de la facultad de Medicina de la UCM

La calidad del estudio es buena. Ha seguido adecuadamente la declaración PRISMA (Preferred Reporting Ítems for Systematic reviews and Meta-Analyses), que permite seguir de manera transparente el procedimiento seguido por los autores en el estudio. Además, han realizado una evaluación de calidad de cada uno de los estudios siguiendo la lista de nueve ítems del Instituto Joanna Briggs (JBI Checklist, por sus siglas en inglés).  

Es un estudio muy interesante, ya que incluye trabajos desde hace más de 30 años (1988-2021), con más de 300.000 niños y adolescentes incluidos. Como resultado del estudio, se ha objetivado que las tasas de tratamiento de los trastornos mentales en niños y adolescentes son bajas.  

Los resultados obtenidos han tenido en cuenta datos de varios países y en la conclusión final del estudio se ha objetivado que las tasas de tratamiento son bajas. 

Es importante tener en cuenta que este estudio solo ha combinado los trastornos mentales más prevalentes en ese grupo de edad. Además, algunos de los subgrupos que han categorizado para el análisis incluyen pocos estudios y son muy heterogéneos, por lo que hay que tener precaución al generalizar estos resultados.  

Este artículo viene a confirmar lo que los profesionales de la salud mental infantojuvenil venimos avisando desde hace años: la inversión destinada a la salud mental infantojuvenil es insuficiente. En mi opinión, el incremento que se está viendo en los últimos años de la necesidad de atención psicológica y psiquiátrica en niños y en adolescentes es muy significativo. Me parece un problema de interés público que necesita especial atención.

ES