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Irene Navarro

Investigadora de la Unidad de Contaminantes Orgánicos Persistentes y Contaminantes Emergentes en el Medio Ambiente del CIEMAT

En esta investigación se evaluó un amplio conjunto de datos de 273 estudios ambientales realizados en todo el mundo para determinar la presencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en los sistemas hídricos. Los niveles de PFAS obtenidos en 12.000 muestras de aguas superficiales y 33.900 de aguas subterráneas se compararon con los límites umbral establecidos en la normativa sobre agua potable, y un porcentaje notable superó los valores de referencia. Estos límites de concentración no deben superarse para proteger la salud humana y el medio ambiente. Los resultados son preocupantes, ya que las aguas superficiales y subterráneas pueden ser tratadas por plantas potabilizadoras para generar agua de grifo, donde la presencia de PFAS podría tener implicaciones para la salud humana. Así pues, es esencial señalar la necesidad de mejorar la calidad del agua para preservar los ecosistemas acuáticos y contribuir a la reducción progresiva de las emisiones de sustancias peligrosas al agua.  

Además, se investigaron las concentraciones en productos de consumo e industriales que contienen estos compuestos para mejorar el conocimiento y la comprensión del origen de la contaminación por PFAS. Los resultados ponen de relieve que muchos estudios cuantifican un número limitado de PFAS sin medir compuestos importantes y prevalentes como los alcoholes fluoroteloméricos (FTOH, que es un importante PFAS presente en productos de consumo). Este hecho subraya la necesidad de llevar a cabo más investigaciones, especialmente centradas en la cuantificación de una gama más amplia de PFAS en diferentes compartimentos ambientales para no subestimar su futura carga ambiental.

ES