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F. Javier Membrillo de Novales

Vicepresidente y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y coordinador del Grupo de Trabajo de Mpox de SEIMC

El trabajo es muy interesante porque analiza la serie más larga de pacientes en el brote actual. Se hace una revisión sistemática muy completa de casos de varias clínicas de enfermedades de transmisión sexual (ETS) en Londres, aunque es cierto que nos faltan algunos datos por ejemplo, no se preguntó de forma rutinaria por síntomas digestivos, y en España hemos tenido obstrucción parcial de la vía digestiva por lesiones orales.

Todos los casos analizados son hombres que tienen sexo con hombres, por lo que el estudio describe muy bien cómo está siendo la enfermedad en un grupo que en este brote es el mayoritario, pero no es el único. No podemos extrapolar estos datos a mujeres con esta enfermedad, que también hay casos, por supuesto.

Hay que resaltar que, en este estudio, la práctica totalidad (el 95 %) de los pacientes no VIH+ estaban en un programa de profilaxis preexposición (PrEP) frente al VIH. Esto confirma algo que ya detectábamos en las consultas: la disminución de la percepción del riesgo en este grupo de pacientes. La PrEP en personas con alto riesgo de contagio del VIH es un éxito de la medicina porque prácticamente impide contraer el VIH, pero también ha hecho que se haya dejado de emplear protección frente a otras enfermedades de transmisión sexual, como sífilis o gonorrea. Eso, parece, ha favorecido el contagio de viruela del mono entre esas personas.

También es relevante que algunos síntomas son distintos de los descritos previamente, hasta el punto de que uno de cada seis pacientes de esta serie no cumplían los criterios de caso en investigación de la Agencia de Salud Pública del Reino Unido. Esto nos recuerda que los criterios de definición de caso, en el contexto de enfermedades emergentes, deben ser laxos. Es una lección para el futuro.

La totalidad de los casos descritos evolucionaron de forma no grave y se recuperaron sin secuelas, pero es reseñable también que cinco pacientes tuvieron sobreinfección bacteriana de las lesiones. Con tratamiento antibiótico todos evolucionaron bien.

Nos encontramos ante el reto de evitar el estigma en los hombres que tienen sexo con hombres, pero a la vez debemos dar información. Quizás habría que resaltar el hecho de que la mayoría de los pacientes en este estudio, o tenían VIH, o seguían una terapia de preexposición al VIH, lo que nos puede indicar entre qué grupo hacer mayor campaña de información y a quiénes las autoridades sanitarias podrían ofrecer en primer lugar la vacunación frente a la viruela, con las vacunas de tercera generación.

También, que algunos casos no cumplieran los criterios de definición nos indica que se necesitan clínicos expertos que no se limiten a aplicar un protocolo, sino que tienen que conocer la enfermedad. En este contexto conviene recordar que España es el único país de toda la Unión Europea que no tiene reconocida la especialidad de Enfermedades Infecciosas.

 

ES