Juan Jesús González Alemán
Doctor en Física y Meteorólogo Superior del Estado. Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)
La expansión del anticiclón de las Azores observada en las últimas decenas de años no tiene precedentes en los últimos 1.200 años. Sí, es un gran titular en la ciencia climática, un hecho que contribuye a responder definitivamente al debate repetido de si el cambio climático está ya afectando a la maquinaria misma del clima de nuestra región, el suroeste europeo, más allá de eventos relacionados con la temperatura.
Porque así es: el estudio publicado esta semana en la revista Nature Geoscience muestra que la expansión del anticiclón de las Azores es responsable de las anómalas condiciones de sequía que afectan a todo el Mediterráneo occidental, incluyendo la península ibérica. Es decir, el cambio climático interfiere con procesos relacionados con la circulación atmosférica.
La expansión del anticiclón de las Azores es responsable de las anómalas condiciones de sequía que afectan a todo el Mediterráneo occidental, incluyendo la península ibérica
Esto es crucial en el debate y acallará muchas voces discrepantes al respecto. Además se trata de un estudio muy robusto, que combina diferentes técnicas observacionales y se apoya en simulaciones con modelos climáticos. No solo es de interés en nuestra región del suroeste europeo, sino a escala global.
El anticiclón de las Azores es más extenso ahora (principalmente hacia el norte) debido a las emisiones antropogénicas que están causando el cambio climático. Este cambio en su comportamiento está provocando una disminución de las precipitaciones invernales en la región, en especial en la vertiente atlántica, al desviar la típica trayectoria de borrascas invernales hacia el norte.
Esto tiene importantes consecuencias socioeconómicas en España porque afecta a importantes actividades económicas del sector agrícola, así como al recurso hídrico, y probablemente al recurso eólico. Es sin duda un estudio muy preocupante.
Si bien es cierto que el trabajo no es perfecto y tiene asociadas varias incertidumbres, pues podría haberse complementado con más datos observacionales y simulaciones, es un buen indicio de los cambios que están aconteciendo, y sobre los que se debe investigar más al respecto.
No hay que olvidar además que estos cambios están en consonancia con lo esperable en el futuro según las últimas proyecciones sobre cambio climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que prevén una agudización de este comportamiento debido a procesos que ocurren a gran escala en la dinámica atmosférica, y que se ven afectados por el cambio climático.
En definitiva, no es más que lo que se lleva avisando desde hace más de 20 años: el cambio climático empuja hacia el norte las condiciones climáticas desérticas, lo que hará que la península ibérica se asemeje cada vez más al norte de África.