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Lucía Gallego Andrés

Profesora Titular de Microbiología Médica e investigadora de facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco UPV/EHU

Las infecciones bacterianas son una de las primeras causas de muerte en todo el mundo, en muchos casos, debidas al aumento de resistencias a los antibióticos que provocan que cada vez tengamos menos opciones terapéuticas y que el número de muertes y complicaciones aumente cada año. Por eso suponen una amenaza a la salud global que requiere investigaciones profundas que nos proporcionen herramientas eficaces para su control. El estudio de GBD 2019 Antimicrobial Resistance Collaborators proporciona una gran cantidad de datos que nos permiten tener una perspectiva general del problema, aunque la obtención de los datos es bastante desigual tanto por países cómo por las fuentes utilizadas. En este estudio se describe que las especies S. aureus, E. coli, S. pneumoniae, K. pneumoniae y A. baumannii son la causa más frecuente de muerte por infecciones en el mundo, lo cual no es nada nuevo ya que están incluidas desde hace años en las listas prioritarias que la OMS –así como las infecciones más preocupantes que producen como infecciones del tracto respiratorio inferior, sepsis e infecciones intraabdominales–. 

Sin embargo, el manejo de esa gran cantidad de datos hace que no se profundice en detalle en aspectos importantes como factores de riesgo o que no se tenga en cuenta el efecto de la infección por cepas resistentes a los antibióticos en las muertes de pacientes, lo que desemboca en conclusiones generales que pueden no ser aplicables en todos los casos. Además, parece ser que no encuentran ningún efecto del factor sexo sobre las infecciones estudiadas, lo que resulta contradictorio ya que hay evidencias de un aumento de mortalidad en algunos procesos (como sepsis por S. aureus), lo que puede ser un ejemplo de los sesgos en la inclusión de mujeres en estudios clínicos y uso de bases de datos no diferenciadas. De hecho, en el mismo artículo ya se pone en evidencia estas limitaciones en el análisis: sesgos en la recogida de datos, posibilidad de sobreestimación de algunos patógenos, alto porcentaje de muertes consideradas por sepsis en pacientes con enfermedades graves no infecciosas que pueden haber sido la causa de muerte incluso sin que la infección estuviera presente, etc.  

En conclusión, para obtener resultados concluyentes habría que partir de una muestra seleccionada muy cuidadosamente y que sea comparable en todas las fuentes utilizadas. No se deberían generalizar las situaciones de países con diferencias económicas, culturales y sociales que influyen en la prevalencia y evolución de las infecciones y en cómo se abordan los procesos de salud. 

ES