Mireia Vallès-Colomer
Jefa de del Grupo de Investigación del Microbioma del departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra
Se trata de un estudio novedoso en el cual los investigadores plantean una hipótesis interesante: ¿las bacterias que no se transmiten de mamá a bebé (o sea, que no se transmiten verticalmente), podrían aun así influir en el microbioma del bebé a través de la transmisión de genes específicos a otras bacterias (transferencia genética horizontal)?
Demostrar la transferencia genética horizontal es complicado. Lo que los autores hicieron es comparar las secuencias de ADN de los genes que detectaron en 70 madres y sus bebés y, en los casos en los que las secuencias son idénticas, se infiere la transferencia.
La transmisión de bacterias de madre a bebé es muy importante para la formación de nuestro microbioma, el cual es un gran aliado para nuestra salud: aparte de ayudar en la digestión, nos protege de patógenos e influye en el desarrollo del sistema inmune. Las primeras bacterias que llegan a nuestro intestino las recibimos de nuestras madres durante y poco después del parto. Así, los bebés nacidos por cesárea reciben menos bacterias de sus madres, y se cree que esto podría estar relacionado con el desarrollo de alergias y enfermedades autoinmunes. La transferencia de genes de una bacteria a otras de especies diferentes plantea un nuevo mecanismo indirecto que complementaría la transmisión de bacterias de la madre al bebé.
La metagenómica es un campo muy nuevo y en continuo desarrollo, y existen variantes en los métodos para inferir la transmisión del microbioma de una persona a otra. Una vez que se consoliden estos métodos y se repliquen los resultados en datos independientes se podrán confirmar los interesantes resultados de este estudio.