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Jordi García Ojalvo

Catedrático de Biología de Sistemas en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona

Me parece un avance significativo en la aplicación de técnicas avanzadas de ingeniería sintética que nos ayudará a entender mejor la relación entre el genoma y el comportamiento de las células. Sería importante aclarar que no se puede considerar que se trate de un ejemplo de generar vida sintética, como se dijo tras la publicación del primer artículo de esta serie de experimentos, publicado hace 13 años [acerca de una bacteria] (y citado en el artículo actual como referencia 3).  

Como se puede ver en aquel artículo, se dice en el título que se había "creado una célula", y eso llevó a que interpretara erróneamente el (gran) trabajo que se hizo, pues en realidad no se creó ninguna célula (igual que pasa en el presente artículo).  

Lo que se ha hecho es sintetizar una parte importante del genoma (un mérito en sí mismo) e insertarlo en células ya existentes. Es importante tener en cuenta que, hasta el momento, no hemos sido capaces de generar células desde cero. Todas las células que existen en la Tierra provienen de una primera célula primigenia que apareció hace casi cuatro mil millones de años, que se ha dividido un número enorme de veces hasta dar lugar a todas y cada una de las células de todos los organismos que existen en el planeta. Podemos crear genomas artificiales, pero aún no podemos crear vida artificial, pues la unidad de la vida (la célula) está aún fuera de nuestro alcance.

ES