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José M. Ordovás

Director de Nutrición y Genómica en la Universidad Tufts de Boston (EEUU), miembro de IMDEA-Alimentación (Madrid) y de CIBEROBN (Instituto de Salud Carlos III)

El trabajo es de gran calidad, porque combina dos de las mayores cohortes disponibles —NHANES en EE. UU. y UK Biobank en Reino Unido— con un metaanálisis de más de tres millones de participantes. Esto aporta una solidez poco frecuente en nutrición. Sus conclusiones —que una mayor adherencia a la Planetary Health Diet se asocia con menor mortalidad y menos enfermedades crónicas— son consistentes con la evidencia previa y refuerzan la idea de que lo que es bueno para la salud también lo es para el planeta. 

Entre las limitaciones: son estudios observacionales (no prueban causalidad) y las poblaciones analizadas no representan todos los contextos sociales o culturalesEn España, donde el patrón mediterráneo aún está presente, estos resultados respaldan reducir carnes rojas y procesadas y favorecer frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. La novedad es que estos cambios no solo mejoran la salud, sino que también ayudanmitigar el cambio climático. 

Este estudio masivo confirma que seguir la dieta de salud planetaria reduce el riesgo de morir antes y de padecer enfermedades crónicas. Lo interesante es que, además de mejorar la saludtambién protege el planeta. 

ES