Pablo Fernández
Dermatólogo en el Hospital Ramón y Cajal y máster en Medicina Tropical de la Universidad Autónoma de Madrid, miembro y uno de los portavoces de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) para la viruela símica
El brote epidémico ante el que nos encontramos por viruela del mono constituye una situación sin precedentes hasta la fecha aunque, desde hace algún tiempo, en los foros de medicina tropical se hablaba de que una epidemia en nuestro medio podía suceder.
Desde el punto de vista dermatológico, se trata de una patología que es relativamente fácil de reconocer, porque las lesiones son muy características y la enfermedad está siguiendo un patrón muy similar en la mayoría de los casos. Pero para poder diagnosticar una patología dermatológica, es necesario conocerla previamente. Por eso la importancia de que esta enfermedad sea conocida por los profesionales sanitarios.
El hecho de que sea una enfermedad leve, limitada a unos grupos poblacionales y en un principio (aunque ahora ya no) sin una gran expansión, nos da la oportunidad a los clínicos y a los especialistas en salud pública de poder controlar este brote de una manera más satisfactoria. Desde mi punto de vista, que la OMS por fin declare el brote emergencia sanitaria internacional es una noticia positiva porque permite dar visibilidad al problema, aunar el conocimiento y centrar los esfuerzos y recursos en su control. Es ahora cuando debemos actuar para que este virus no se descontrole.