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Pedro Gullón

Epidemiólogo social y médico especialista en medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Alcalá

El presente estudio analiza cuál es el efecto que diferentes medidas poblacionales para la pandemia han tenido en otras facetas de salud diferentes a la covid-19. Los resultados encajan con literatura existente que muestra que las medidas de salud pública pueden tener efectos secundarios; y las medidas de restricción de la covid- 19, también. Esto nos aporta lecciones para el futuro para saber cómo se pueden hacer medidas con un buen balance riesgo-beneficio. Se trata de un ejemplo de cómo una intervención en salud pública tiene consecuencias poblacionales. Incluso cambios pequeños a nivel individual en actividad física, al ser llevados a gran escala, pueden tener efectos poblacionales en salud enormes. 

Los resultados son sólidos y de calidad, aunque las personas autoras del artículo reconocen algunas limitaciones importantes. Creo que las principales limitaciones tienen que ver con (1) el uso de datos de Google para medir la actividad física, que pueden no ser representativos de la población; (2) que los modelos que usan asumen que un confinamiento durante 12 meses hubiese sido igual que las 10 semanas que estuvo aplicado, lo cual es difícil de asumir, ya que la población hubiese cambiado seguramente los patrones de aceptación de la medida o los efectos económicos y sociales hubiesen obligado a cambiarlas; (3) que no pueden tener datos sobre cómo esto puede afectar a desigualdades en salud ya existentes o incluso si las pueden estar exacerbando. 

En resumen, se trata de un estudio relevante para que, en el futuro, las acciones en salud pública puedan hacer un buen balance riesgo-beneficio de las intervenciones poblacionales. En este caso específico, medidas de confinamiento que permitan realizar actividad física pueden reducir los riesgos asociados del confinamiento a la vez que seguir protegiendo de riesgos asociados al contagio.

ES