Pep Canadell
Director ejecutivo del Global Carbon Project e investigador jefe del Centro de Ciencias del Clima CSIRO en Canberra (Australia)
Un año más, una nueva edición de los indicadores de cambio climático global muestra la cruel realidad de lo que estamos haciendo a nuestro planeta. A pesar de los grandes avances en energías renovables, la sustitución de los combustibles fósiles todavía no está ocurriendo a nivel global. Las emisiones de cada tipo de gas de efecto invernadero, los gases sintéticos de la industria, el dióxido de carbono de los combustibles fósiles, el metano de la agricultura y de la industria, y el óxido nitroso del uso de fertilizantes en agricultura, todos siguen aumentando. Y con ellos, las temperaturas globales, la acumulación de calor en los océanos y el aumento del nivel de mar.
Nunca ha sido tan urgente acelerar la transición energética lejos de los combustibles fósiles y desarrollar maneras menos agresivas de producir las grandes cantidades de alimentos que la población mundial necesita. Tenemos soluciones para el 90 % de las emisiones, pero tenemos que implementarlas a una velocidad mucho más rápida de lo que estamos haciendo. El precio de la inacción nos costará mucho más.