Salvador Iborra
Inmunólogo
Para estimar la efectividad de dos o tres dosis de las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna, el estudio emplea una cohorte danesa a nivel nacional, incluyendo un grupo de residentes mayores de 12 años hasta 59, y otro de mayores de 60, sin historial de infección por el SARS-CoV-2 (detectado por qPCR o test de antígeno). Por tanto, el alto número de personas incluidas en este estudio, aumentaría su calidad y la solidez de los resultados.
El estudio distingue los periodos en los que las variantes dominantes fueron alfa, delta y ómicron. Las conclusiones, en general, parecen correctas, pero creo que los datos que aportan no permiten concluir de manera clara que una tercera dosis aumente la eficacia frente a la hospitalización en personas mayores de 60 años. En este grupo solo podemos comparar la efectividad de ambas dosis frente a delta, ya que no hay datos de protección frente a alfa en personas con tres dosis, ni frente a ómicron en personas con dos dosis. Los datos de la efectividad frente a delta son del 97,7 % 61-90 días después de la segunda dosis mientras que, en un periodo equivalente tras tres dosis, la efectividad es del 91,7 %. Sí es cierto que la efectividad vacunal frente a ómicron en este grupo (tres dosis) desciende lentamente, pero no sabemos qué habría ocurrido con solo dos dosis de vacuna.
El estudio indica que la efectividad frente a la infección con delta desciende con el tiempo en el grupo que recibe dos dosis (no hay datos suficientes con tres dosis). En el periodo dominado por ómicron, la efectividad frente a la infección es, en general, baja (50 %), siendo prácticamente nula en el grupo vacunado con dos dosis a los 120 días, y manteniéndose en el grupo que recibió una tercera dosis (VE 50 %).
La efectividad frente a la hospitalización también desciende con el tiempo tras la administración de la vacuna, pero de manera menos acusada. El descenso es más notable en el periodo dominado por ómicron, curiosamente, es mayor en el grupo más joven (67,5 % en el grupo de 12 a 59; 83,3 % en los mayores de 60). Una tercera dosis no aumenta dicha eficacia 120 días después de la última dosis, pero sí podría ralentizar la bajada inicial 30-90 días de la eficacia en menores de 60.
En general los datos concuerdan con la baja efectividad de las vacunas frente a una infección con ómicron (respecto a las otras subvariantes), y a que esta efectividad mejore o decaiga menos con dosis adicionales.
Los autores han considerado varios factores de confusión: edad, sexo, comorbilidad (diabetes, obesidad, cáncer, etc.), localización geográfica. Las limitaciones están relacionadas con la posibilidad de que, pese al cribado masivo en Dinamarca, algunas infecciones hayan pasado inadvertidas en los test de antígenos o PCR, o sesgos debido al diferente comportamiento individual (personas que son monitorizadas muy frecuentemente, frente a otras que no lo hacen, personas con más riesgo de exposición al virus). No se distinguen infecciones asintomáticas de sintomáticas. No se distinguen diferentes subvariantes de ómicron. En el periodo ómicron el número de personas sin vacunar es muy reducido, lo que puede crear sesgos.
Este estudio confirma que, pese a que las vacunas actuales presentan una baja efectividad frente a la infección con ómicron, son relativamente eficaces para prevenir la hospitalización. En mi opinión, los datos de este estudio no permiten respaldar de manera clara y evidente que una tercera dosis mejore la duración de la efectividad frente al ingreso hospitalario en personas mayores de 60 años, al menos en el periodo que abarca el estudio: 60-90 días tras la vacunación. Esto podría tener implicaciones para la toma de decisiones respecto a la administración de dosis de recuerdo o adicionales.