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Terremotos en Turquía y Siria: lo que nos cuentan los registros históricos de la falla de Anatolia Este

En las fallas se pueden generar los terremotos más devastadores. La de Anatolia Este en la que se produjeron los terremotos de Turquía y Siria del pasado 6 de febrero ha registrado rupturas bastante frecuentes cada pocas décadas a cientos de años. Los mapas de peligrosidad sísmica sirven para diseñar los edificios e infraestructuras de forma que puedan resistir la sacudida fuerte durante un terremoto. Los edificios de hormigón reforzado con diseños antisísmicos son los más apropiados, pero a menudo inasequibles para determinadas regiones.

08/02/2023 - 10:12 CET
 
terremoto

Personal de emergencias trata de encontrar supervivientes tras los terremotos del pasado 6 de febrero. EFE/EPA/ERDEM SAHIN.

El terremoto del 6 de febrero de 2023 en Turquía ocurrió a lo largo de la falla activa de Anatolia Este (figura 1). Una falla activa es un plano de debilidad de la corteza terrestre, una fractura que puede extenderse desde la superficie hasta 12 kilómetros de profundidad o más. Las fallas tienen una longitud variable, que en el caso de la falla Anatolia Este, es de algo más de 400 kilómetros. Estas fallas están sometidas a una presión debido al movimiento de las placas tectónicas. Sometidos a este esfuerzo, trozos de estas fallas rompen y los bloques de terreno a ambos lados de la falla se mueven. La fricción entre los bloques producida por este movimiento libera energía en forma de terremotos.

Las fallas pueden romper a menudo (cada pocas décadas a cientos de años, como la Anatolia Este y, su compatriota, la falla de Anatolia Norte) o muy raramente (cada 10.000 años o más, como la falla de Alhama de Murcia en el sureste de España). En las fallas se pueden generar los terremotos más devastadores, de magnitudes mayores a 6,5.

falla Anatolia Este
Figura 1. Contexto de placas tectónicas alrededor de Turquía. La zona del terremoto del 6 de febrero de 2023 es una zona compleja en la que tres placas tectónicas, las de Anatolia, África y Arabia, entran en contacto. La mayor parte de la falla de Anatolia Este (EAFZ en la figura) separa las placas de Arabia y Anatolia.

Números terremotos históricos se han generado a lo largo de falla de Anatolia, produciendo rotura en el terreno y sacudidas fuertes en sus alrededores (figuras 2 y 3). Destaca la serie de la última mitad del siglo XIX y principios del XX para la que se tiene más información. Durante esas décadas, prácticamente toda la falla rompe en eventos sucesivos excepto la sección que ha roto en el terremoto del 6 de febrero de 2023, que rompió por última vez en 1513.

falla Anatolia Este
Figura 2. Terremotos a lo largo de la falla de Anatolia Este: Fuente: Bayrak, E. et al (2015).
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Figura 3. Terremotos a lo largo de la falla de Anatolia Este y alrededores. El terremoto del 6 de febrero de 2023 ha ocurrido en el sector que rompió en 1513. Fuente: Hubert-Ferrari, A. et al (2020).

La importancia de los estudios paleosismológicos

Los estudios paleosismológicos se centran en terremotos que ocurren antes del periodo histórico. Estos estudios son muy importantes porque nos dan una idea del patrón y frecuencia de rotura de las fallas y, por tanto, de los terremotos de gran magnitud. Esta información es usada para generar mapas de peligrosidad sísmica que pueden ser usados para diseñar los edificios e infraestructuras de forma apropiada para que puedan resistir la sacudida fuerte durante un terremoto. Existen algunos estudios en la falla de Anatolia Este pero la mayoría de los estudios de este tipo en Turquía se han centrado en la falla de Anatolia Norte, que está muy cerca de Estambul.  

Para la mayoría de las fallas en el mundo no existen datos históricos tan claros como los de las fallas en Turquía. Esto se debe a que muchas fallas rompen en intervalos de tiempo mayores al periodo histórico. Por esto lo estudios paleosismológicos son necesarios, sobre todo en fallas “lentas”. En España varias instituciones y universidades desarrollan estudios paleosismológicos para entender mejor a la frecuencia de estos terremotos grandes en la Península Ibérica.

Dificultades económicas hacen que algunas regiones reconstruyan sus edificios, después de un terremoto, con las mismas técnicas y materiales que los que han colapsado

El diseño antisísmico de edificios e infraestructuras no es solo una cuestión de conocimiento científico de la frecuencia de los terremotos. A menudo, es una cuestión cultural y financiera. Cada región tiene materiales distintos con los que tradicionalmente se construyen sus edificios. Las construcciones tradicionales en ladrillo, adobe y piedra suelen ser más vulnerables a la sacudida fuerte del terremoto. Edificaciones tradicionales de madera son más flexibles y aguantan mejor las sacudidas y, por supuesto, los edificios modernos de hormigón reforzado con diseños antisísmicos son los más apropiados, pero a menudo inasequibles para determinadas regiones. Dificultades económicas hacen que algunas regiones reconstruyan sus edificios, después de un terremoto, con las mismas técnicas y materiales que los que han colapsado.

Pilar Villamor es científica principal del equipo de Paleosismología, en el departamento de Estructura y Procesos de la Tierra del GNS Science de Nueva Zelanda.
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