Christian Gortázar
Catedrático de Sanidad Animal en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y responsable del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) de la Universidad de Castilla-La Mancha
Lo que está claro es que lo que circula es un virus distinto a los que circulan en general en otros países de la Unión Europea y hay que ver si, como es esperable, ese virus distinto también tiene características epidemiológicas distintas. Por ejemplo, si tiene muchas modificaciones, muchas mutaciones, es posible que eso afecte a su transmisibilidad y, por tanto, al tiempo que pueden permanecer infecciosos los jabalíes infectados. Eso puede afectar a la dinámica del brote en el sentido de que todos los protocolos europeos de actuación frente a peste porcina africana están pensados para las variantes altamente patógenas que, en general, circulan por los demás países afectados de la Unión.
Es decir, si aquí tenemos un virus diferente, posiblemente tengamos que, de alguna forma, adaptarnos a esa nueva circunstancia. Eso es lo más importante, independientemente del origen del virus.
Vistos los resultados de esta secuenciación, que todavía parece que faltan algunos otros virus por analizar, y es posible que surjan más informaciones con el tiempo, de momento no hay nada concluyente sobre el origen. Sigue estando abierta la posibilidad de un origen vía introducción de algún producto contaminado, de algún alimento, producto cárnico contaminado, y yo no descartaría tampoco al cien por cien el posible origen del laboratorio.
Habrá que esperar y habrá que ver a qué conclusiones llegan también otros análisis que se están haciendo. Insisto, el fondo del origen no es tan importante como el hecho de enfrentarnos al problema y adaptarnos a esa situación un poco novedosa de un virus distinto.