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Adrian Hugo Aginagalde

Portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud pública y Gestión sanitaria (SEMPSPGS), jefe de servicio de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica e Información Sanitaria de Gipuzkoa y, anteriormente, jefe de servicio de la Unidad de Programas de Cribado Poblacional en el Ministerio de Sanidad

Antes del inicio de la vacunación el 10 % de los casos precisaban hospitalización; en la última onda, el 2,4 %, y la letalidad ha bajado de un 1 % a un 0,1 %. Es decir, la vacunación y ómicron han disminuido la gravedad y toca reevaluar las medidas. A pesar de ello, el impacto asistencial del SARS-CoV-2 sigue triplicando el de la gripe y el porcentaje de hospitalizados en mayores de 60 años es elevado. Parece, por lo tanto, prudente mantener el uso de mascarillas en espacios sociosanitarios y sanitarios.

En cambio, la transmisibilidad en colegios ha sido baja en las distintas series estudiadas (menos del 5 %) y el porcentaje de hospitalización también (menos del 0,5 %), lo cual avalaría la modificación en centros educativos. Los espacios de socialización sí han sido uno de los principales lugares de transmisión (con una tasa de ataque secundario mayor del 30 %) y es necesario introducir medidas de ventilación que disminuyan el riesgo, pero dado el elevado porcentaje de vacunación, y mientras se mantenga la ocupación hospitalaria actual, resulta esperable plantear su retirada.

Quizá el aspecto más complicado de valorar sea el de los centros de trabajo, con una transmisibilidad elevada (tasa de ataque secundario superior al 15 %), situaciones muy distintas y personas en edades con mayor vulnerabilidad. En estos entornos es necesario establecer primero medidas que garanticen la ventilación, y luego en qué condiciones puede ser necesario el uso de mascarillas, valorando la distancia entre personas, el número de personas que trabaja en el mismo recinto y las condiciones ambientales. Probablemente en los lugares con un elevado número de personas y sin posibilidad de garantizar una adecuada ventilación habría que valorar el uso de mascarillas para proteger la salud del trabajador.

ES