El sarampión es una enfermedad infecciosa particularmente contagiosa que en España ya lleva años en situación de eliminación, lo que significa que no hay una circulación continuada del virus. Sin embargo, los casos están aumentando en los últimos años: de los 7 registrados en 2023 se pasó a 217 en 2024. A día 23 de febrero ya se han contabilizado 110 durante 2025, lo que supone más de la mitad que en todo el año anterior.
“La mayor parte de estos casos están ocurriendo en el País Vasco”, explicó Noemí López Perea en una sesión informativa organizada por el Science Media Centre España, “y algunos han afectado al entorno hospitalario, donde la transmisión suele ser mayor”. “No debemos preocupar a la población porque el virus no está circulando. La cobertura vacunal en España sigue siendo muy alta y los brotes son pequeños a partir de casos importados”, recalcó la investigadora del Centro Nacional de Epidemiología-Instituto de Salud Carlos III.
No debemos preocupar a la población porque el virus no está circulando. La cobertura vacunal en España sigue siendo muy alta
Noemí López Perea
“Lo que preocupa más es la situación mundial”, añadió el pediatra Fernando Moraga-Llop, portavoz y vocal sénior de la Asociación Española de Vacunología (AEV). “A partir de 2017 se produce una reemergencia importante del sarampión en el mundo, y la disminución de las coberturas vacunales con la pandemia contribuyó a que en 2023 los casos aumentaran 30 veces en Europa respecto al año anterior, según la OMS. Creo que en España no debemos estar en una situación de alarma, pero sí de alerta”, puntualizó.
Aunque existan personas antivacunas o reticentes a ellas, “la cobertura vacunal en España es muy buena, con porcentajes de vacunados con primera dosis [la vacuna tiene una pauta de dos] por encima del 95 % en los últimos años”, recordó López Perea. “Es cierto que la primera dosis tiene una media muy buena, del 97,8 %”, añadió Moraga-Llop, “pero también hay 11 comunidades donde el porcentaje de segunda dosis es inferior al 95 % [la cifra objetivo]”. Según el pediatra, nuestras coberturas “son excelentes” si las comparamos con muchos países del resto de Europa.
A juicio de Moraga-Llop, habría que prestar atención a grupos de personas susceptibles, especialmente en las grandes ciudades, porque, aunque la media de vacunación sea muy alta, en determinadas zonas o barrios la cobertura puede bajar hasta el 50 %. Para López Perea, “estos grupos existen, pero son pequeños, y los servicios de salud pública de las comunidades son capaces de identificarlos y de tomar medidas según las necesidades”.
En la labor de identificación de los casos, María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), incidió en la importancia del diagnóstico molecular y de proporcionar la información adecuada también a los profesionales sanitarios. “Como es una enfermedad que considerábamos erradicada, es posible que no la tengan en su cabeza a la hora de realizar el diagnóstico diferencial con otras infecciones. Es importante que sepan que disponemos de técnicas moleculares que permiten hacer un diagnóstico rápido y evitar la posible expansión”, explicó, ya que así pueden realizarse estudios de contacto y cortar las cadenas de transmisión.
Dada la situación mundial y el aumento de casos, “puede ser que haya un incremento en el número de brotes, pero esto no tiene por qué suponer un riesgo sanitario ni hay que asustar a la población: simplemente hay que recordarles que cumplan los calendarios vacunales”, añadió.
Qué personas están más desprotegidas y tendrían que vacunarse
Además de los niños a los que se dirigen estos calendarios, ¿deben los adultos vacunarse también contra el sarampión? La vacuna forma parte de la triple vírica, que entró a formar parte de los calendarios vacunales en España en 1981. En general, se ha considerado que los nacidos antes de 1970 (por haber sufrido la infección cuando había gran circulación del virus) y después de 1980 (por haber sido vacunados) están protegidos. En algunas comunidades se está recomendando la vacunación a los nacidos entre 1970 y 1980 (desde 1966 en Cataluña), por ser los teóricamente más desprotegidos –en esta década solo algunas personas se vacunaron y lo hicieron con una fórmula anterior y menos eficaz–.
Preguntada al respecto, López Perea explicó que no hay una campaña como tal, sino que en algunas regiones a estas personas “se les está preguntando y recomendando la vacunación si procede de una forma oportunista, cuando contactan con el sistema sanitario. Es una forma de reducir los casos susceptibles”. Sin embargo, según el estudio de seroprevalencia frente al sarampión –que analiza la presencia de anticuerpos–, “la población más desprotegida es la nacida entre 1978 y 1987”, por lo que habría "una recomendación general de vacunación a personas nacidas en España a partir de 1978 que no tengan vacunación documentada o no hayan pasado la enfermedad".
Moraga-Llop, sin embargo, aumentaría esta franja de edad: “Sí preguntaría a los nacidos a partir de 1970 como medida de prudencia”. Además, recordó que la probabilidad de que aparezcan complicaciones con el sarampión “es mayor en adultos que en niños”.
Por último, aunque en España el virus no circule y los brotes comiencen por casos importados de otros países con menor cobertura vacunal, los expertos insistieron en la necesidad de no estigmatizar. “Lo que debemos hacer es identificar para poder intervenir desde la salud pública”, recalcó López Perea. “No debemos señalar a las personas como responsables de una infección, sino como personas susceptibles”.