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Bisfenol A: por qué la EFSA ha reducido la ingesta diaria tolerable y cuáles son sus peligros para la salud

Hace unas semanas, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) afirmó que la exposición al bisfenol A a través de la comida es peligrosa para la salud humana. La agencia recomendó una dosis tolerable de ingesta diaria mucho más baja que en sus propias recomendaciones anteriores. Repasamos datos y evidencias para cubrir este tema, que seguirá dando titulares.

29/05/2023 - 09:00 CEST
 
bpa

El uso de BPA está permitido en plásticos que tienen contacto con la comida, con un Límite de Migración Específica de 0,05 mg de bisfenol A por kilogramo de alimento para los materiales y objetos plásticos, pero prohibido en la fabricación de biberones de policarbonato. / Adobe Stock.

¿Qué es el bisfenol A?  

El bisfenol A (BPA) es una sustancia química que se usa desde hace varias décadas en la fabricación de plásticos ligeros y duros, como el policarbonato, y de la resina epoxi. Se encuentra en objetos de uso cotidiano, como en láminas protectoras en el interior de latas de alimentos o en botellas de plástico reutilizables.  

¿Cómo lo ingerimos?  

Como otras sustancias químicas, el BPA puede migrar en cantidades pequeñas desde un recipiente hacia la comida o la bebida que contiene. También podemos estar expuestos al BPA a través de productos no alimenticios como juguetes o papel térmico (el ticket de la caja del supermercado). 

“Desafortunadamente el BPA es un contaminante ubicuo”, dice al SMC España Martí Nadal, investigador en Tecnatox, un centro de investigación de la Universidad Rovira i Virgili en Reus, donde estudió la presencia de BPA en ropa de bebés y embarazadas y en alimentos enlatados. “Parece que la ingesta a través de los alimentos es la [vía de exposición] más importante, pero no podemos menospreciar las otras”, agrega. 

“Una de las [vías] que más nos preocupa es la de neonatos en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales, por vía inhalatoria, dérmica, oral e intravenosa/parenteral”, enumera al SMC España Marieta Fernández, investigadora en ibs.GRANADA, el instituto de investigación biosanitaria de la Universidad de Granada, que lleva décadas estudiando el BPA. 

¿Cuán peligroso es el BPA para la salud y el medio ambiente? 

Según la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), el BPA: 

  • Causa efectos tóxicos en nuestra capacidad de reproducción.
  • Causa daños oculares serios.
  • Puede causar irritación respiratoria.
  • Puede causar alergias cutáneas.
  • Es muy tóxico para la vida acuática, con efectos a largo plazo (esta clasificación se aplica a partir de noviembre de 2023).  

El BPA aparece en la lista de disruptores endocrinos de la ECHA, tanto para la salud humana (evaluación conducida por el gobierno francés) como para el medio ambiente (evaluación del gobierno alemán). Esto significa que interfiere con la acción de las hormonas en el cuerpo. PlasticsEurope —una asociación que representa la industria plástica— se opuso a esta clasificación en tribunales. En marzo de 2023, la Corte de Justicia de la Unión Europea desestimó su última apelación, dándole la razón a la ECHA, Francia y Alemania. 

Para la salud humana, “los efectos que más preocupan son las alteraciones en el aparato reproductor femenino y masculino junto con la fertilidad, cáncer de mama, alteraciones del desarrollo del sistema nervioso, diabetes y obesidad,” afirma al SMC España Ángel Nadal, catedrático de Fisiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche. 

¿Hay puntos que generan controversia entre la comunidad investigadora? 

Aunque las asociaciones observadas entre exposición al BPA y efectos en humanos no pueden demostrar causalidad, “los efectos del BPA en diferentes sistemas y órganos están respaldados por un amplio conjunto de pruebas experimentales”, dice Fernández.  

Sobre el vínculo entre el BPA y el aumento de prevalencia de enfermedades ya mencionadas, “no hay controversia entre la mayoría de los investigadores,” concuerda Ángel Nadal. Sin embargo, no sabemos es cuál es el porcentaje causado por la exposición a BPA en humanos comparado con otros factores de riesgo, explica el fisiólogo, “y eso es difícil de estudiar”.  

Tampoco existe controversia entre la mayoría de los investigadores en la siguiente cuestión: “El BPA actúa a dosis bajas como las que los humanos tenemos en sangre”, agrega Nadal. 

¿Qué restricciones existen ya en la Unión Europea? 

Existen varias restricciones al nivel europeo: el uso de BPA está permitido en plásticos que tienen contacto con la comida, con un Límite de Migración Específica (LME, o SML en inglés) de 0,05 mg de bisfenol A por kilogramo de alimento para los materiales y objetos plásticos (Reglamento (UE) 2018/213), pero prohibido en la fabricación de biberones de policarbonato (Reglamento UE No 321/2011).  

¿Qué ha dicho ahora la EFSA? 

El 19 de abril de 2023, la EFSA publicó un dictamen científico sobre los riesgos para la salud pública relacionados con la presencia de BPA en productos alimenticios. Es una actualización de un informe similar publicado en 2015, que incluyó 800 estudios nuevos publicados desde 2013, el punto de corte para la evaluación anterior. Esta reevaluación fue conducida por un grupo constituido por científicos/as nombrados por EFSA y expertos/as nombrados por los gobiernos de siete países europeos. 

Ese dictamen recomienda una Ingesta Diaria Tolerable (IDT) de bisfenol A de 0,2 nanogramos por kilogramo de masa corporal al día. Es un límite 20.000 veces menor a la IDT recomendada en el informe anterior (4 microgramos por kg y por día), publicado por la EFSA en 2015. En aquel informe, la EFSA consideraba que no había peligro para la salud de los consumidores, porque su exposición al BPA se quedaba por debajo de los límites recomendados de entonces. 

“Al comparar la nueva IDT con las estimaciones de la exposición de los consumidores al BPA a través de la alimentación, nuestros expertos concluyeron que las personas de todos los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superaban la nueva IDT, un motivo de inquietud en materia de salud,” indica la agencia en un comunicado

¿Qué dice la EMA? 

Por su parte, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) discrepa de las conclusiones de la EFSA. En un informe separado, la EMA dice que los nuevos estudios en animales usados por la EFSA no son suficientes para establecer una relación causal entre el BPA y ciertos efectos en la salud humana, y expresa su desacuerdo con la metodología usada por la EFSA para cuantificar los riesgos y determinar niveles de exposición seguros. 

¿Qué pasará ahora?  

La EFSA emite opiniones basadas en revisiones de la evidencia científica, pero no pone las reglas. Es la Comisión Europea la que propone leyes, que luego son examinadas por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros —un proceso legislativo que puede tardar años—. 

En mayo del 2020, la Comisión anunció una revisión de la legislación europea sobre materiales en contacto con alimentos que promete, entre otros objetivos, “mejorar la seguridad alimentaria y la salud pública (en particular reduciendo el uso de químicos peligrosos)”. Esta propuesta legislativa aún no está publicada. 

También se espera una revisión del REACH, un reglamento que regula la producción y el uso de sustancias químicas en la Unión Europea; se postergó la publicación de la propuesta legislativa hasta el último trimestre de este año. Muchos científicos expresan su frustración por lo que consideran lentitud o falta de acción: la Endocrine Society, la European Society of Endocrinology y otros grupos pidieron a la Comisión Europea que presente su propuesta legislativa antes de junio de 2023, mientras Fernández considera que “la inacción ocurrida con la información científica para este compuesto químico es cuanto menos irresponsable”. 

Preguntada por el informe de la EFSA del 19 de abril de 2023, la Comisión Europea ha respondido al SMC España que considerará "qué medidas adicionales de gestión del riesgo a nivel europeo son necesarias”, sin más detalles. En una nota informativa publicada el 3 de mayo de 2023, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y el Ministerio de Consumo escriben que tanto la Comisión como los Estados miembros podrán tomar medidas. “Podrán ir desde la reducción del límite de migración específico actualmente en vigor hasta la eliminación del bisfenol A de la lista de sustancias autorizadas para la elaboración de plásticos”, dice la nota. 

¿Qué pasa con los otros bisfenoles? 

Para evitar que se sustituya un bisfenol por otro también dañino, la ECHA (junto a los Estados miembros) dice que evalúa un grupo de 148 bisfenoles. Más de 30 podrían necesitar ser restringidos por sus efectos en el sistema hormonal y reproductivo, un número que podría cambiar a medida que se acumulan más datos.  

“Primeros estudios indican que el potencial tóxico de sustancias [con una estructura química análoga a la del BPA] podría ser igual o incluso más elevado que el del propio BPA”, advierte Martí Nadal. Por su parte, Ángel Nadal argumenta que se debería poner el mismo límite para el resto de la familia de bisfenoles que pueden tener estructuras, usos y efectos similares, como el BPS, BPAF o BPF.  
 

Fuentes y recursos consultados

Sobre el BPA:  

Sobre el BPA y otros bisfenoles:  

Sobre disruptores endocrinos:  

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