Anna Cabré
Científica del clima asociada a la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos)
El estudio analiza minuciosamente las temperaturas estivales en tierra (excluyendo el mar) en el hemisferio norte no tropical (30-90°N) durante los últimos 2.000 años. Concluye que el verano pasado (junio-agosto) de 2023 fue el más cálido de los últimos 2.000 años y superó la variabilidad climática natural con un 95 % de certeza. Con respecto al período preindustrial (1850-1900), el verano del 2023 fue 2,07 °C más cálido. Con respecto a todo el período preindustrial analizado (0-1900), el verano del 2023 fue 2,20 °C más cálido (esta diferencia se debe a la presencia de varios períodos fríos antes de 1850).
Hemos estado anticipando que el hemisferio norte se calienta más rápidamente y que el último verano fue particularmente cálido debido al cambio climático y al fenómeno de El Niño. Por lo tanto, no es un resultado inesperado, aunque sigue siendo alarmante y otro recordatorio de la necesidad de acelerar la transición hacia emisiones cero. La importancia de este estudio radica en el análisis de 2.000 años de datos, lo cual no es trivial, ya que los datos son menos precisos a medida que retrocedemos en el tiempo, lo que técnicamente dificulta el análisis.