Carmen Romero Ferreiro
Doctora en Biología, vicedecana de Investigación en la Universidad Francisco de Vitoria y responsable de Investigación del Grado de Nutrición
Los resultados de este estudio reflejan el efecto negativo de los alimentos ultraprocesados en la salud, en concreto en la mortalidad, algo que ya se viene observando en otros estudios en diferentes países.
La novedad de este estudio es que analiza las muertes prematuras, definidas como muertes que ocurren entre los 30 y 70 años, atribuibles al consumo de alimentos ultraprocesados, y cómo los cambios en los patrones dietéticos pueden reducir ese número de muertes.
Las implicaciones son claras y son las que se vienen repitiendo: reducir el consumo de alimentos ultraprocesados e implementar una dieta que se base en alimentos no procesados o mínimamente procesados. Estos cambios en los hábitos nutricionales repercuten positivamente en la salud y puede evitar bastantes muertes prematuras en población adulta.
Hay que tener en cuenta que los resultados de este estudio solo aplican a población adulta y no a niños o jóvenes, ya que las muertes prematuras en este caso solo engloban el rango de edad adulta.
Existen algunas limitaciones en este estudio, como son los factores que no se han tenido en cuenta en el estudio y podrían ejercer un efecto confusor, y en el caso de la mortalidad no se pudieron establecer las causas de muerte específicas de esas muertes prematuras atribuibles al consumo de ultraprocesados.