César Menor Salván
Astrobiólogo y profesor de Bioquímica en la Universidad de Alcalá
La polémica sobre este artículo tiene más de quince años, pues empezó ya desde las rondas de revisión antes de la publicación. Cuando se publicó el artículo original, mucha gente expresó sus dudas y el trabajo, que tuvo gran impacto mediático, ya que parecía demostrar que era posible una vida exótica que usaba arsénico junto al fósforo, fue objeto de duras críticas científicas.
La base de las críticas es que se consideraba que los autores no demostraban realmente que el arsénico pudiera sustituir al fósforo en moléculas clave, como los ácidos nucleicos, y que una ‘vida con arsénico’ no era posible. Más bien, lo que vieron eran bacterias particularmente resistentes a medios ricos en arsénico, que serían tóxicos para otros organismos, pero no incorporación de este elemento en sustitución del fósforo. La duda era razonable: el arsénico es similar al fósforo en algunas de sus formas químicas, particularmente los arseniatos, muy similares a los fosfatos, por lo que, sobre el papel, quizá el arsénico podría hacer de ‘sustituto’ del fósforo en algunas condiciones.
De hecho, nosotros hicimos experimentos sobre cómo el arsénico podría acompañar o afectar a la fosforilación prebiótica, es decir, incorporación de fosfato en moléculas orgánicas en condiciones previas al origen de la vida, y observamos que no solo el arsénico no sustituía ni podía acompañar al fósforo, sino que su presencia podía inhibir la fosforilación. Es decir, el arsénico podría haber sido tóxico incluso para el propio origen de la vida.
Siempre pensamos que la vida basada en arsénico era químicamente imposible y usábamos este artículo como ejemplo de ciencia errónea; incluso lo he usado en clase como caso de estudio para estudiantes, en ejercicios en los que tenían que evaluar por qué el trabajo llegó a conclusiones incorrectas.
Y ahora, por fin, el artículo ha sido retractado, una decisión con la que no estoy de acuerdo. Claramente, no hubo mala conducta, ni falta de profesionalidad por parte de los autores del artículo original; simplemente, se trató de errores en la interpretación y discusión de los datos experimentales, algo habitual en ciencia y que no tiene nada de malo; al contrario, es una muestra de que la discusión de los resultados científicos funciona y que la ciencia avanza, dejando atrás ideas erróneas o interpretaciones incorrectas.
Lo cierto es que la retracción es bienvenida por unos (tengo colegas que opinan que ya era hora) y discutida por otros. La retracción es tan polémica como el propio artículo y ha dolido bastante en la NASA, donde han luchado bastante durante mucho tiempo para evitarla. Por eso pienso (al revés que muchos colegas) que la retracción es excesiva, pues conlleva una carga reputacional negativa que es quizá injusta.