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Ernesto Rodríguez Camino

Meteorólogo Superior del Estado y presidente de la Asociación Meteorológica Española

El artículo publicado por Esper y sus colegas en Nature concluye que el verano de 2023 fue el más cálido de los últimos 2.000 años en las regiones extratropicales del hemisferio norte. Para llegar a esta conclusión emplearon una combinación de datos de observación (desde mediados del siglo XIX) y reconstrucciones basadas en datos proxy (en todo el periodo) para analizar las temperaturas del aire en superficie de junio a agosto.  

Quizás, más que la conclusión en sí en cuanto al carácter excepcional de la temperatura del año 2023 y en particular su verano boreal —que otros estudios con diferentes métodos, periodos temporales y zonas geográficas ya habían permitido establecer—, lo realmente interesante es la combinación de diferentes fuentes de datos para poder cubrir todo el periodo de 2.000 años y a la vez comparar las limitaciones y sesgos de cada fuente de datos. Dentro de estas limitaciones, quizás es conveniente destacar el sesgo sistemático en las primeras observaciones instrumentales en el periodo 1850-1900 comparadas con un conjunto de reconstrucciones, que podrían alterar algunos de los aspectos cuantitativos de las estimaciones del actual calentamiento que toman este periodo como referencia del clima preindustrial. 

También merece la pena destacar la coincidencia en el año 2023 de un evento debido a la variabilidad natural como es un episodio de El Niño —que tiende a aumentar globalmente la temperatura— con la tendencia general al calentamiento inducida por el aumento en la concentración de gases de efecto invernadero, que los autores subrayan convenientemente en su artículo. 

ES