Esteban Rodríguez Guisado
Jefe del Área de Evaluación y Modelización del Clima de AEMET
¿El estudio es de buena calidad?
“Sí, sigue las metodologías habitualmente empleadas en atribución de extremos y considera la incertidumbre en cada caso”.
¿Qué añade a las investigaciones previas?
“La principal novedad es que une en el mismo hilo el impacto del cambio climático con la atribución a las emisiones, descomponiendo el impacto causado por las principales fuentes emisoras (sean países o grandes compañías). Esto permite asociar las emisiones de un agente en particular con el impacto originado por estas, lo que tiene consecuencias desde el punto de vista de responsabilidad legal. Esto es algo solo algunos otros estudios habían abordado, pero en este se generaliza y sistematiza la metodología, integrando estimadores estadísticos con el uso de modelos y de un modelo de complejidad intermedia.
En la metodología se relaciona el impacto con el nivel de calentamiento medio del planeta respecto al período preindustrial y luego se relaciona dicho calentamiento con las emisiones de cada uno de los principales emisores. Para ello se ejecutan simulaciones con todos los emisores, con todos menos el emisor cuyo impacto se quiere analizar, restando ambas, y, por otro lado, con ninguno, y solo con el emisor a analizar, de nuevo analizando la diferencia. La contribución de dicho emisor se calcula como el promedio de ambas”.
¿Qué limitaciones tiene?
“Las principales limitaciones del estudio, aparte de la incertidumbre (aunque la metodología la calcula meticulosamente), residen en las incertidumbres sobre los datos. En primer lugar, los datos de emisiones se basan en estimaciones, y aunque se han utilizado diferentes bases de datos, existe incertidumbre en su cuantificación precisa. En segundo lugar, y más importante, la cuantificación de los impactos de una ola de calor es muy heterogénea, por ejemplo, en zonas de África o Iberoamérica, que se observa en los datos que sufren olas de calor con frecuencia, hay poca documentación de los impactos, por lo que una porción importante de estos queda sin contabilizar y sin incluir en el estudio”.
¿Qué implicaciones tiene?
“El estudio abre la puerta a emprender procesos penales contra los grandes emisores, estableciendo una relación robusta entre su papel como emisores y el impacto, sea económico o en daños personales, que dichas emisiones han tenido”.