Autor/es reacciones

Graciela Gómez Nicola

Profesora titular del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la Universidad Complutense de Madrid

Este estudio científico nos invita a reflexionar sobre cómo los seres humanos podemos influir en las especies que comparten con nosotros el entorno urbano. Las autoras aprovecharon la drástica reducción de la actividad humana en la ciudad de Los Ángeles durante las restricciones por la covid-19, la llamada ‘antropausa’, para analizar los cambios en la morfología de los picos del junco de ojos oscuros, una especie de ave paseriforme muy común en América del Norte. Usando un diseño de investigación sólido, compararon las dimensiones de los picos de estas aves en la ciudad y en zonas naturales cercanas en tres momentos clave: antes de la pausa, durante el confinamiento y después del regreso a la actividad normal.  

Las investigadoras observaron que los juncos que nacieron y crecieron durante 2020 y 2021, es decir, durante el periodo de menor presencia humana en la ciudad, mostraron unas dimensiones del pico diferentes a las de sus parientes nacidos antes o después de la ‘antropausa’ y eran muy similares a las de sus congéneres silvestres. Este cambio estaba aparentemente relacionado con una disminución importante en su fuente principal de alimento, los desechos orgánicos disponibles en la ciudad. Esto obligó a las aves a cambiar su dieta, buscando más alimento natural y accediendo a zonas verdes de la ciudad que antes tenían mayor presencia humana. El pico es una herramienta fundamental para comer, por lo que un cambio en la dieta pudo favorecer una forma de pico más adecuada para ese nuevo tipo de alimento.  

Este estudio es uno de los primeros en documentar un cambio morfológico en aves urbanas en respuesta a la ‘antropausa’. Es una prueba notable de la rápida capacidad de adaptación de estas aves a la alteración de su entorno y los recursos alimenticios. Las autoras son prudentes y no descartan la influencia de otros factores, como la plasticidad fenotípica, la variación genética o la migración de juncos no urbanos hacia la ciudad durante el confinamiento. Los hallazgos son muy sugerentes y suponen una interesante aportación a la ecología y evolución en medios urbanos, una disciplina emergente que nos recuerda en este caso cómo la generación de desechos y la ocupación de espacios urbanos influyen en la biodiversidad. 

ES