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Graciela Gómez Nicola

Profesora titular del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución (Zoología) de la Universidad Complutense de Madrid

Después de la decepción de Colombia, lograr en Roma un acuerdo mundial para financiar la conservación de la naturaleza es, sin duda, una buena noticia. Pero el desafío más importante es que en los próximos cinco años se consiga y garantice esa financiación y que el reparto sea justo y equitativo para desarrollar el Marco Global de Biodiversidad.  

El Marco no debe ser una mera declaración de intenciones; ya no nos lo podemos permitir. Tiene que avanzar y conseguir frenar el deterioro de la biodiversidad. En un sistema global lleno de incertidumbres y conflictos, los recursos económicos disponibles, que todavía son insuficientes, se tienen que emplear de una manera muy eficaz y justa, garantizando el acceso directo de los pueblos indígenas y las comunidades locales, que tienen un papel clave en la conservación de la biodiversidad. 

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