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No hay datos experimentales que nos digan el momento idóneo para realizar una nueva inmunización tras pasar la enfermedad. Por tanto, hay consideraciones generales del funcionamiento del sistema inmunitario y, sobre todo, de salud pública en estas decisiones. Baste recordar que el año pasado, cuando iniciamos la vacunación y las dosis eran escasas, el período era de 6 meses porque hasta ese momento había una protección aceptable.

Con la llegada de la variante delta y la amplia disponibilidad de las vacunas este plazo se acortó.

Ahora nos enfrentamos a la variante ómicron, que es y se comporta de manera muy diferente a las anteriores, y que escapa parcialmente a las vacunas y a las infecciones con variantes anteriores.

Es por ello por lo que se ha adelantado la reinmunización, puesto que un infectado con delta puede infectarse fácilmente con ómicron.

Desde el punto de vista inmunitario, un mes es probablemente no óptimo, aunque la posibilidad de una infección por ómicron pese mucho. No obstante, el período influiría en el nivel de eficacia de la respuesta y protección frente a la nueva variante, pero en ningún caso va a representar un riesgo superior de efectos adversos. No va a ser nocivo.

ES