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Iñaki Comas

Coordinador de la Plataforma Salud Global del CSIC e investigador del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC)

¿Qué se sabe sobre esta nueva variante?

De momento, poco. Por una parte acumula un número grande de mutaciones en la espícula, incluyendo algunas que creemos que están asociadas a mayor transmisibilidad y otras asociadas a una reducción de la eficacia de los anticuerpos. Sin embargo, al no verse nunca juntas, no podemos saber si esto es realmente así o no. Para ello se estarán realizando ya experimentos que nos permitan decir si la respuesta a los anticuerpos es similar o no, y en paralelo se mira su tasa de crecimiento epidemiológico, lo que nos permitirá saber si tiene mayor o menor transmisibilidad que delta.

El hecho de que de momento se haya visto en crecimiento rápido en Sudáfrica, desplazando a delta, no indica necesariamente una ventaja en transmisibilidad. Tenemos que esperar a ver qué curso sigue en Sudáfrica y, sobre todo, comparar con otros países, para ver si se hace un hueco o no. Por ejemplo, beta fue una que nos preocupó mucho en su momento pero nunca despegó más allá de Sudáfrica. Por tanto, hay que ver qué trayectoria sigue en países con diferentes situaciones epidemiológicas (vacunación, casos en crecimiento o decrecimiento, etc.). Sí que es verdad que en Sudáfrica se está usando un test rápido de identificación (la secuenciación genómica lleva un tiempo) y sí parece que está creciendo a una gran velocidad en las regiones en las que está.

¿Merece especial atención en tu opinión?

Sí, la merece. No tanto por lo que sabemos que hace, que de momento es poco, como por el potencial que tiene la combinación de mutaciones que vemos. Muchas de ellas las hemos visto en otras variantes de preocupación. Por tanto sin caer en alarmismos hay que seguirla y ver si estamos en un escenario como el de delta de hace unos meses o si es una falsa alarma. Lo importante es tener en todo el mundo la capacidad de identificar estás amenazas potenciales, seguirlas y valorarlas. La gran mayoría no llegan a nada pero algunas, como delta, han desplazado a las variantes anteriores haciendo un poco más difícil el control epidemiológico.

En cualquier caso, ahora más que nunca, recordar que la prevención se basa en múltiples capas, todas ellas imperfectas pero juntas muy buenas. La mejor capa que tenemos son las vacunas pero con delta hemos visto que no paran suficientemente la transmisión. Sin embargo eso sí ocurre cuando añadimos las mascarillas, la distancia y la ventilación. Y esa lección nos vale para cualquier variante pasada, presente y futura.

A la luz de lo que se sabe, ¿podría afectar a la efectividad de las vacunas?

No lo sabemos todavía, hemos visto anteriormente alguna de las mutaciones más preocupantes en ese sentido en otras variantes pero también sabemos que es la combinación de todas las mutaciones, cómo se combinan en una variante concreta, lo que determina su comportamiento. Algunas mutaciones de esta variante sabemos que reducen la neutralización por anticuerpos porque las hemos visto antes, no es buena noticia, pero la respuesta inmune es mucho más compleja que la mediada por anticuerpos, incluyendo la respuesta celular que todos tenemos pero raramente se mide porque no es fácil.

Lo que sabemos es que variantes que llevaban alguna de las mutaciones reducían un poco la efectividad pero no en gran manera y seguía habiendo buena protección contra hospitalización y muerte.

ES