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Inés Moreno

Profesora titular de la Universidad de Málaga

La población está envejeciendo. Cada vez hay una mayor esperanza de vida gracias a una mejora sanitaria y desarrollo tecnológico que fomentan una mayor calidad de vida, pero el motivo de por qué envejecemos aún no está claro. Es cierto que la capacidad de nuestro organismo para mantenerse, renovarse y seguir funcionando adecuadamente van en detrimento con la edad. Sin embargo, algunas personas envejecen más rápido que otras, posiblemente por motivos genéticos, hábitos y condiciones ambientales a las que estamos expuestos. Ya sea por cualquiera de estas razones, a día de hoy no tenemos una herramienta que nos permita conocer cómo vamos a envejecer o qué parte de nuestro cuerpo está más envejecida y podría ser la desencadenante de fallecer con la edad, sin una causa específica aparente relacionada con alguna patología. 

A este respecto, el artículo publicado en la revista Nature por el internacionalmente conocido Tony Wyss-Coray, de la Universidad de Stanford, arroja información al mecanismo de envejecimiento y cómo se podría predecir qué órganos de nuestro organismo están envejeciendo. Esto podría conducir al desarrollo de enfermedades específicas, proporcionando, por lo tanto, un modo de anticiparse a la aparición y desarrollo de enfermedades asociadas al envejecimiento. En su estudio, analizan las proteínas presentes en la sangre de miles de individuos para determinar qué órgano u órganos están más envejecidos, ya que, según expresan, el envejecimiento acelerado de un único órgano podría suponer un incremento de hasta el 50 % en el riesgo de mortalidad. El estudio indica que un rápido envejecimiento del corazón incrementaría el riesgo de enfermedades cardiacas y enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, lo que refleja las principales causas de muerte en la población mundial a día de hoy. 

Los estudios de Wyss-Coray han estado siempre ligados al estudio de factores sanguíneos que pudieran dar cierta información sobre el envejecimiento y enfermedades relacionadas, como el alzhéimer. Sus estudios más importantes se han centrado en la búsqueda de marcadores en sangre que determinaran el envejecimiento del organismo y de la existencia de moléculas rejuvenecedoras o que indujeran el envejecimiento. Su reciente estudio es fascinante, ya que permitiría conocer el estado general de salud de un individuo mediante el análisis de una muestra sanguínea y anticiparnos al desarrollo de ciertas enfermedades relacionadas con la edad que son potencialmente letales. Sin embargo, este es solo un primer paso y la posibilidad de que este análisis esté a disposición de todos queda todavía lejos en el horizonte. 

ES