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José López Barneo

Catedrático de Fisiología de la Universidad de Sevilla y responsable del equipo de Neurobiología celular y biofísica del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS)

El artículo es muy interesante. Se basa en una cohorte de miles de personas a las que se midieron sus movimientos espontáneos (con un acelerómetro en la muñeca) durante una semana años atrás. Se ha estudiado si estos datos predicen el sufrir o no párkinson posteriormente. Se ha encontrado una correlación muy fuerte entre las personas que se mueven poco y despacio con sufrir párkinson en el futuro. Estos datos son específicos de párkinson y no predicen padecer posteriormente otras enfermedades neurológicas (como por ejemplo otra demencia como alzhéimer o distonía) o de las articulaciones (osteoartritis). 

Me parece que el artículo es de calidad, aunque se basa en metodologías (selección de cohortes y análisis estadísticos específicos) que no uso en mi trabajo y no conozco bien.   

Encaja muy bien con el conocimiento actual. Otros autores habían descrito previamente que la lentitud de los movimientos es un rasgo característico de algunas personas que posteriormente desarrollan párkinson. Estos estudios habían sido hechos en cohortes preseleccionadas (con riesgo de tener párkinson) y se llevaron a cabo en un hospital (es decir, requirieron la intervención de personal sanitario para hacer el análisis de los movimientos). El estudio actual se lleva a cabo en la población general en una cohorte muy amplia y los análisis se hacen de forma automática, a partir de los datos registrados con el acelerómetro portátil. Esto es novedoso y muy interesante, ya que es relativamente fácil de hacer en la población general.   

Hay síntomas “prodrómicos” fácilmente registrables que permiten hacer una predicción varios años antes de comenzar con la enfermedad con una fiabilidad muy superior a la obtenida previamente con los análisis genéticos, del estilo de vida o de registro de síntomas que se consideran prodrómicos del párkinson (como la anosmia o el estreñimiento)”.        

¿Qué ventajas podría suponer, teniendo en cuenta que no hay tratamientos preventivos o dirigidos a la causa? 

Este es, en mi opinión, el aspecto más discutible del estudio. Saber diez años antes que tienes un alto riesgo de tener párkinson es muy interesante y valioso desde el punto de vista científico (abre nuevas perspectivas a la investigación sobre la patogénesis de la enfermedad y, entre otras ventajas, permite probar la eficacia de nuevos medicamentes protectores). Además, se le da la oportunidad al futuro paciente de prevenir/paliar su enfermedad. No obstante, y dado que esta prevención todavía no es posible, no queda claro que ello aporte ventaja alguna al futuro paciente. Es un tema que tiene implicaciones éticas importantes. Lo mismo ocurre con otras enfermedades.

ES