José M. Ordovás
Director de Nutrición y Genómica en la Universidad Tufts de Boston (EEUU), miembro de IMDEA-Alimentación (Madrid) y de CIBEROBN (Instituto de Salud Carlos III)
El estudio utilizó datos del Biobanco del Reino Unido, que incluía información dietética y genética de una muestra muy grande de más de 500.000 individuos. También empleó un estudio de asociación de todo el genoma (GWAS) para identificar loci [posición fija en un cromosoma, que determina la posición de un gen] asociados con el vegetarianismo estricto. El uso de una fuente de datos acreditada como el Biobanco del Reino Unido y un método integral como GWAS implica un diseño de investigación sólido.
Las conclusiones extraídas —de que puede haber factores genéticos que influyan en el vegetarianismo, especialmente aquellos relacionados con el metabolismo de los lípidos y genes expresados en el cerebro— parecen estar respaldadas por la identificación del SNP, también denominado de un solo nucleótido, en el cromosoma 18 y las asociaciones genéticas posteriores.
El artículo menciona que estudios previos han relacionado los genes identificados con trastornos neurológicos, rendimiento cognitivo y consumo de alcohol. También hemos realizado estudios similares relacionados con el consumo de café y de lácteos. En conjunto, este y estudios previos proporcionan evidencia que apunta a la heredabilidad de las preferencias dietéticas, en este caso específico, el vegetarianismo. La singularidad del trabajo parece residir en su profundo enfoque en los factores genéticos que subyacen al vegetarianismo utilizando un gran conjunto de datos del Biobanco del Reino Unido.
Existen limitaciones:
- El estudio se basa en datos dietéticos autoinformados. Los autoinformes a menudo pueden introducir sesgos, ya que es posible que los participantes no recuerden la información con precisión o proporcionen respuestas socialmente deseables.
- Hay una falta de diversidad en la población del estudio, lo que puede afectar la generalización de los resultados. Sin más información sobre esta limitación, se podría suponer que los resultados son principalmente representativos de la población del Reino Unido, sana y de clase alta, y podrían no extenderse a otros grupos étnicos o culturales.
- Otra limitación importante es no conocer las razones de la adopción del vegetarianismo que pueden ser múltiples y con raíces biológicas, psicológicas, culturales, ambientales, religiosas, etc. Esa información hubiera sido esencial para diferenciar genes que están más relacionados con el metabolismo de lípidos o aquellos que son expresados en el cerebro.
Comprender los factores genéticos que influyen en las elecciones dietéticas como el vegetarianismo puede tener implicaciones prácticas:
- Recomendaciones dietéticas personalizadas: conocer las predisposiciones genéticas de uno podría permitir recomendaciones dietéticas mejor adaptadas, lo que podría conducir a mejores resultados de salud.
- Implicaciones clínicas: dado que algunos de los genes están relacionados con trastornos neurológicos y rendimiento cognitivo, más investigaciones podrían conducir a una comprensión más profunda de cómo la dieta y el metabolismo influyen en estas condiciones.
- Posibles intervenciones: si ciertos factores genéticos predisponen a las personas a una dieta vegetariana o viceversa, se pueden diseñar intervenciones para ayudar a quienes puedan enfrentar problemas de salud debido a sus preferencias dietéticas.
En resumen, este estudio parece ser de buena calidad y ofrece información interesante sobre los factores genéticos que influyen en el vegetarianismo, aunque con bastantes limitaciones. Los hallazgos pueden ser de importancia tanto en la vida cotidiana como en la práctica clínica.