Un estudio publicado hoy en la revista Nature concluye que las personas que interactúan cara a cara en reuniones presenciales son más capaces de generar ideas creativas, en comparación con aquellas que lo hacen de forma online
Juan Ramón - Zoom
Juan Ramón Barrada
Psicólogo del Área de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Zaragoza
Considero que los autores utilizan un diseño ajustado a sus objetivos de investigación. Comparan a personas que interactúan cara a cara con personas que lo hacen a través de pantallas. Encuentran que las parejas que interactúan cara a cara son ligeramente más capaces de generar ideas creativas. Es importante señalar que el efecto, que parece robusto, no es muy grande, pero eso no le quita relevancia. No había razones para esperar un efecto grande.
Interpretan que esta mayor capacidad para la generación de ideas se puede explicar porque en una interacción cara a cara uno puede mirar menos a la cara de la otra persona (en la charla online la mirada está más centrada en mantener contacto con la otra persona), por lo que la atención puede fijarse en más elementos. Que hay diferencias entre reunión offline-online parece sólido. Que la diferencia proviene de la mirada es algo más especulativo. Desde mi punto de vista, no justifican teóricamente de forma clara por qué tendría que ser así. Ahora bien, los autores realizan un importante esfuerzo en poner a prueba su explicación y descartar explicaciones alternativas como podría ser que, simplemente, la reunión online se viviera como más desagradable.
Respecto a la medición de capacidad de selección de ideas de más calidad, más creativas, los propios autores le dan un peso menor en la discusión de sus resultados. Yo considero que hacen bien al actuar así. Sus resultados apuntan a que en los grupos de reunión a través de videollamada hay cierta tendencia a seleccionar mejores ideas. Si uno genera menos ideas, es más probable ser capaz de detectar entre estas menos cuál es la mejor.
Los autores discuten con cautela sus resultados. Indican que la presencialidad, el estar cara a cara en ciertas reuniones, puede aumentar la creatividad, pero dejan claro que la creatividad no es el único criterio para determinar cómo se organiza la dinámica laboral. Hay que tener en cuenta otros elementos como costes o preferencia del personal. Sugieren, y es coherente con sus resultados, que si se va a incluir teletrabajo en el diseño de los puestos de trabajo, en ese formato se intente reducir el componente de reuniones para la generación de ideas y estas tareas se realicen cara a cara. Repito: el resultado, la diferencia, el efecto es pequeño. Eso no quita que en ocasiones una sola idea creativa de más o de menos puede cambiar el futuro de una empresa, de un grupo de trabajo.
Como toda investigación, presenta sus limitaciones y líneas por las que continuar. Por un lado, los experimentadores eliminan de las videollamadas el que una persona se observe a sí misma, que es algo habitual en muchos programas de teleconferencias. Por tanto, su diseño es ligeramente distinto a como suelen las videollamadas para muchos. Quizá más importante, parcialmente, su investigación compara reuniones cara a cara (lo habitual hasta ahora) con reuniones online (lo menos común). Por ello, en cierta medida la diferencia entre online y offline puede arrastrar como factor de confusión la experiencia o manejo con esas dinámicas comunicativas. Los autores ponen a prueba en cierta medida esto, pero es algo por lo que pasan más bien de puntillas. Quizá a medida que el sistema de trabajo por videollamadas se generalice y aprendamos nuevas pautas ciertos efectos adversos de este sistema desaparezcan. O tal vez no. Es algo que, desde mi punto de vista, queda abierto y merecerá seguimiento.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio experimental
- Humanos
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio experimental
- Humanos