Marta Miret
Profesora del departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de CIBERSAM
Aunque es habitual encontrar ligeras variaciones anuales en las tasas de suicidio, se observa una tendencia al alza de las tasas desde 2018. Este aumento coincide, en 2020 y 2021, con la pandemia por covid-19. Se puede, por tanto, hipotetizar que algunos de los cambios sociales producidos a causa de la pandemia puedan haber contribuido a este incremento de suicidios.
Para mejorar la salud mental de la población y prevenir el suicidio se requiere una mayor inversión en servicios de salud mental. Hacen falta más profesionales de la salud mental para poder ofrecer una atención con menor demora y de forma más continuada, y para poder realizar una detección y tratamiento precoz de los problemas de salud mental. Se necesita, además, un plan nacional para la prevención del suicidio.
La prevención y el tratamiento de los problemas de salud mental requiere, no obstante, un abordaje no solo desde el ámbito estrictamente sanitario, sino también desde otros sectores. Reducir las desigualdades sociales, atender a las necesidades de las personas más vulnerables, facilitar el acceso a oportunidades recreativas y de ocio saludables, y fortalecer los lazos sociales y combatir la soledad no deseada son algunas medidas que contribuyen a mejorar la salud mental de la población.