Rafael Urrialde de Andrés
Profesor en la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid y en la facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo-CEU, y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición
La rueda de prensa del miércoles 12 de julio de la OMS, la cual presencié, como mínimo se podría clasificar de muy sorprendente: posicionamientos diferentes de la IARC y el JECFA sobre la evidencia científica, aunque en ambos casos indican que es limitada y no convincente. JECFA recalca que en la evidencia sobre riesgo de cáncer en estudios en animales y en humanos no es convincente para establecer relación entre consumo de aspartamo y cáncer.
Esperemos que el resto de las agencias y autoridades de seguridad alimentaria y nutrición de los países a nivel mundial o regiones como la Unión Europea también adopten posicionamientos que no generen estos alarmismos, determinación del riesgo claro y convincente que llevan a cabo: la European Food Safety Authority, Food Drug Agency de EEUU, Food Standards Agency of Australia New Zealand, Canadian Institute of Food Safety, Food Standards Agency de Reino Unido, Norwegian Food Safety Authority, Icelandic Food and Veterinary Authority, Federal Food Safety and Veterinary Office of Switzerland, Comisión Federal para la Evaluación de Riesgos sanitarios de México, Canadian Institute of Food Safety, Food Safety Commission of Japan, etc.
En los años 90 se pidió claramente la constitución de agencias de seguridad alimentaria para evitar lo que se produjo ayer [en la rueda de prensa], en este caso, con el aspartamo, porque si se clasifica como 2B, posiblemente cancerígeno por IARC, o se baja la IDA [ingesta diaria admisible] por JECFA o se retira; si se mantiene la IDA por el JECFA y resto de agencias y autoridades de seguridad alimentaria a nivel mundial por falta de evidencia científica no se debería generar el alarmismo. No me imagino que una institución como la OMS diga que un medicamento supone un riesgo y las agencias o autoridades de aprobación de los medicamentos digan otra cosa, que son las que realmente evalúan la seguridad y eficacia de los medicamentos.
Por otro lado, manteniendo la IDA de 40 mg/kg de peso persona/diaria, esto significa un consumo de 2.800 mg de aspartamo. Sorprenden los cálculos que dieron desde la OMS en la rueda de prensa porque con tablas de composición de alimentos, no supondría como dijeron 10 latas de refresco, sino, aproximadamente 15, partiendo de la premisa de una cantidad en torno a 50 mg de aspartamo por 100 ml de producto alimenticio. Es más, con esta IDA, repito que según el JEFCA no hay que modificar, podría suponer para un adulto de 70 kg consumir todos los siguientes productos en un solo día: 2 raciones de bebidas alcohólicas tipo combinados, 8 cucharaditas de cacao en polvo, 2 cervezas bajas en calorías, 5 chicles o gomas de mascar, 5 cucharaditas de edulcorantes de mesa, 2 raciones de frutas o vegetales en conserva, 2 porciones de gelatina sin azúcar, 3 yogures o leches fermentadas, 2 raciones de mermelada, 2 vasos de néctares, 2 bebidas refrescantes a base de zumo, 3 porciones de chocolate, 3 refrescos bajos en o sin azúcares o azúcares añadidos, toques de salsas, 2 bebidas de té y 2 yogures bebibles.
No obstante, hay que señalar que en la rueda de prensa también se indicó, sorprendentemente que, para un niño de 20 kg de peso, la ingesta de aspartamo sería de 800 mg. En este caso, como en el de mujeres embarazadas, personas mayores o las que tienen un problema fisiológico o enfermedad, aparte de la fenilcetonuria y que no deberían consumir aspartamo por el contenido en fenilalanina, se debería ser más cauteloso por parte de la OMS, ya que si lo están clasificando a través de la IARC como 2B (posiblemente cancerígeno) deberían haber indicado que los niños, al igual que personas mencionadas, deberían de abstenerse de consumir aspartamo, pues el grado de protección, como también el JEFCA lo tiene en cuenta para la determinación de las IDAS, sería mucho mayor. En este sentido también indicar que los datos facilitados ayer por la OMS no fueron ajustados a la realidad, pues 800 mg de aspartamo no equivalen a 2-4 latas de refresco, sino a 5-6 latas de refresco, o lo que equivaldría a consumir durante un solo al día todos los siguientes productos: 2 yogures o leches fermentadas, 2 porciones de chocolate, 5 cucharaditas de cacao en polvo, 2 raciones de mermelada, 2 vasos de néctares y 2 vasos de bebidas a base de frutas.
Es imprescindible poner en marcha estudios in vivo en humanos y determinar claramente el grado de exposición a los edulcorantes en general y aspartamo, sucralosa y sacarina en particular, por el riesgo del cáncer o por su posible impacto en la microbiota intestinal.
Por otro lado, volver a indicar que los edulcorantes bajos en o sin calorías son aditivos que sirven para rebajar o eliminar la cantidad de azúcar, pero para control y reducción del sobrepeso y obesidad, así como de otras patologías, debe ser la dieta total la que se tenga en cuenta, porque un único producto alimenticio o un solo ingrediente o aditivo se puede ver anulado su efecto por el efecto del resto de alimentos y bebidas en la dieta. Asimismo, el uso de los edulcorantes bajos en o sin calorías no debe ser generalizado y no empezar a incorporarse, como se está haciendo, en productos alimenticios que antes ni tenían azúcar y a los cuales ahora, por la razón que sea, se les quiere dar o aportar sabor dulce.