Fernando Valladares
Doctor en Biología, investigador del CSIC y profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid
La nueva salida de EEUU del Acuerdo de París es una mala noticia. Quizá no tenga todas las consecuencias terribles que pudiéramos pensar, pero en principio es muy desalentador que ocurra en plena evolución exponencial de los eventos climáticos extremos que el propio EEUU está sufriendo tanto en la costa oeste con los incendios de California, como recientemente la temporada de huracanes, con los huracanes Helen y Milton. Son muchas pruebas de que el cambio climático es una realidad que está impactando en el propio EEUU. Es una malísima señal la que da que su país se salga de un acuerdo que intenta mitigar el cambio climático.
Está por ver realmente qué es lo que podrá hacer y está por ver qué consecuencias tendrá para otros países y para los acuerdos internacionales, como protocolos y las cumbres del clima, pero de entrada es un golpe en la mesa. Además, da lugar a un círculo vicioso que puede ser letal. El círculo vicioso lo podemos ilustrar, por ejemplo, con la fusión del Ártico. Se derrite el Ártico, se queda sin hielos y esto permite más petroleros, Más petroleros favorecen la economía cortoplacista, esta economía cortoplacista pone más petroleros en un Ártico que se deshiela por más calentamiento, más petróleo, menos hielo, más economía, menos salud planetaria, calentamiento... Un círculo vicioso en el que se están literalmente quemando las últimas oportunidades de la humanidad de quedarse en una zona climáticamente segura.