El nuevo estudio publicado sobre el inventario de la contaminación por macroplásticos pone de manifiesto aspectos importantes relativos a la contaminación por plásticos que deben ser considerados en las negociaciones que se están llevando a cabo para el establecimiento de un Tratado Internacional sobre los plásticos. Este estudio pone de manifiesto un punto clave, y es que la gestión de los residuos plásticos sigue siendo una asignatura pendiente por lo que no podemos plantear la solución del problema basado únicamente en la gestión de residuos. Las tasas de reciclaje son muy bajas, menos del 10%, y se produce la quema incontrolada de una gran cantidad de residuos con los problemas medioambientales que ello conlleva. 

El problema de la contaminación por plástico debe abordarse desde perspectivas diferentes. La principal medida a tomar debe ser la reducción de la producción de plástico. No podemos seguir con este crecimiento exponencial en la fabricación de plástico. El objetivo primordial debe ser poner un tope a la producción mundial de plástico. Una vez limitada la producción, deben mejorarse los sistemas de gestión de residuos. Pero no lograremos disponer de una correcta gestión si la generación de residuos sigue creciendo también de manera exponencial. 

Uno de los aspectos que quizás convendría también tratar en este trabajo es el relativo al problema de los aditivos químicos tóxicos asociados a los plásticos. Los plásticos están formados por polímeros a los cuales se les añaden diversos compuestos químicos, los cuales pueden constituir hasta más del 50% del peso del plástico. Existen más de 10.000 sustancias químicas diferentes asociadas a los plásticos, de entre las cuales existen más de 60 caracterizadas como sustancias de alto riesgo para la salud, siendo algunas de ellas sustancias persistentes, bioacumulables y tóxicas. Existen cientos de estudios científicos que demuestran que aditivos comunes del plástico son muy peligrosos para la salud. La mala gestión de los residuos plásticos provoca la dispersión de estos compuestos tóxicos en los ecosistemas terrestres y acuáticos, afectando la biota y la salud pública.

ES