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África González-Fernández

Catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo, investigadora del Instituto de investigación Galicia sur (IIS-GS) y académica de la RAFG

Es una medida muy desafortunada, con muchas implicaciones a varios niveles y que nos afectará a todos. 

Por una parte, devalúa el prestigio de la Organización Mundial de la Salud a nivel global, arrastrando a otros países a que puedan hacer lo mismo.  

Por otra, disminuirá los fondos económicos de esta organización, lo que mermará las actividades tan importantes que realiza sobre todo en países que más lo necesitan. Muchas enfermedades ahora controladas (prevención, seguimiento, terapias) seguramente volverán con más fuerza si cabe. 

Por tanto, esta decisión pone en riesgo la salud y la vida de muchas personas, sobre todo niños, y especialmente en zonas vulnerables donde la función de la OMS es crítica. 

Ya en la pandemia, la revista Bloomberg Business Week indicaba si estábamos listos para una próxima pandemia, e indicaba un plan en cinco pasos:  

  1. Control de patógenos emergentes. 

  1. Mayor poder y control de la OMS, siendo independiente. 

  1. Seguimiento de los patógenos y variantes.  

  1. Vacunas: con más empresas, resolver el tema de las patentes. 

  1. Medidas en la logística, coordinación y planificación. 

Por tanto, lo que habría que hacer es dar mucho más peso a la OMS, que son los más expertos en relación con problemas sanitarios, infecciones, pandemias, vacunación, cambio climático, y que hace una labor encomiable en muchos países del mundo.  

Si queremos conseguir el modelo de One Health, solo será posible a través de un organismo internacional preocupado por la salud como es la OMS.

ES