¿Qué es el glaucoma? ¿Hay más de un tipo?
“Es una enfermedad en la que el nervio óptico resulta dañado por una tensión intraocular alta, lo que motiva una pérdida irreversible de visión”, explica al SMC España Francisco J. Muñoz Negrete, presidente de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG) y jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Ramón y Cajal.
Existen varios tipos de glaucoma, aunque el principal y más frecuente, como destaca Muñoz Negrete, es el primario de ángulo abierto. “Representa el 95 % de los casos”, señala el especialista, que también es catedrático de Oftalmología por la Universidad de Alcalá de Henares (UAH).
María Isabel Canut Jornada, vicepresidenta de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG) y presidenta de la Societat Catalana d’Oftalmología (SCOFT), explica que las distintas tipologías de glaucoma atienden a diferentes criterios. Entre ellos, la edad de aparición, dentro de la que se diferencian glaucomas congénitos, juveniles y del adulto, o la amplitud angular —referida a la relación entre el iris y la córnea en la zona de drenaje acuoso—, que puede ser de ángulo abierto o cerrado.
También se pueden clasificar glaucomas primarios o secundarios, “en función de si se trata de una disfunción primaria o bien secundaria a otras patologías oculares o bien sistémicas”, aclara la vicepresidenta de la SEG al SMC España.
¿Cuál es la incidencia del glaucoma en España y en el mundo? ¿Qué estimaciones hay para el futuro?
El glaucoma es la principal causa de ceguera y discapacidad visual irreversible en el mundo. Según la Sociedad Española del Glaucoma, este afecta a más de un 3 % de la población en nuestro país. Sin embargo, como señala el catedrático de la Universidad de Alcalá, “depende de la edad, ya que la incidencia aumenta con esta”.
A nivel mundial, como recoge un estudio publicado en Journal of Global Health en 2022, la tasa de incidencia global del glaucoma primario de ángulo abierto, el más común, fue de 23,46 por cada 10.000 personas al año de entre 40 y 79 años.
Sobre el total de población, en cuanto a este tipo de glaucoma, un estudio publicado en 2020 en Nature señalaba una prevalencia en todo el mundo del 2,4 % durante los primeros veinte años del siglo XXI.
Respecto a previsiones, un estudio publicado Ophthalmology estimó que, en 2040, el número de personas de entre 40 y 80 años afectadas por glaucoma en todo el mundo se acercará a los 112 millones.
“La prevalencia aumenta con la edad. Teniendo en cuenta el envejecimiento progresivo de la población europea, es previsible que la prevalencia aumente en la próxima década”, sostiene la presidenta de la SCOFT.
¿Cuáles son los primeros signos de la enfermedad?
Es uno de los principales problemas de esta dolencia: “El glaucoma de ángulo abierto no da síntomas”, comenta el presidente de la SEG. “Cuando el paciente nota pérdida de visión, la enfermedad está muy avanzada y ha producido un daño irreversible y profundo del campo visual”, añade. Esta ausencia de señales tempranas hace que se le conozca como 'ceguera silenciosa'. Además, la pérdida de visión afecta a la parte periférica del campo visual y de manera progresiva va avanzando hacia la parte central, lo que también dificulta su diagnóstico temprano.
“Solo cuando la presión intraocular (PIO) excede en gran medida a las cifras consideradas normales, entre 10-21 milímetros de mercurio (mmHg), puede dar algún síntoma inespecífico. También en casos de extremo dolor, cuando la PIO supera los 40 mmHg”, comenta Canut.
Un artículo publicado en Ophthalmology destaca que más de la mitad de los casos de glaucoma a nivel global no son detectados antes de que la enfermedad manifieste sus síntomas. El mismo estudio estima que, en 2020, cerca de 44 millones de casos de glaucoma posterior de ángulo abierto no fueron detectados.
Además, sus autores apuntan a que las regiones en las que más se infradiagnostica el glaucoma son África y Asia: casi el 77 % de estos no diagnósticos se dieron en estos continentes.
¿Cómo se diagnostica?
“La determinación de la presión ocular suele actuar como cribado, al ser el factor de riesgo más importante”, detalla la presidenta de la SCOFT. Además, la exploración del nervio óptico por parte del oftalmólogo suele alertar de posibles cambios, según la especialista.
“Para el diagnóstico se necesitan un conjunto de pruebas que debe interpretar un oftalmólogo”, detalla el catedrático de la UAH. Muñoz Negrete señala tres de ellas: la tonometría, en la que se mide la presión ocular, el estudio anatómico de la retina mediante una retinografía —en la que se toma una foto de fondo de ojo— y una tomografía de coherencia óptica, y, por último, un estudio funcional mediante el campo visual. “El conjunto de estas pruebas nos da el diagnóstico y la gravedad de la enfermedad”, concluye el presidente de la SEG.
¿Se puede tratar el glaucoma? ¿Cuáles son las principales novedades en cuanto a tratamientos?
“Se puede y se debe tratar, sobre todo para prevenir y evitar la progresión una vez ya instaurado”, resalta Canut. “Existen algoritmos terapéuticos en función del tipo de glaucoma, edad de aparición y estadio evolutivo, centrados en las diferentes modalidades terapéuticas: tratamiento médico, láser y quirúrgico”, comenta la vicepresidenta de la SEG.
Muñoz Negrete lo ejemplifica: “Un glaucoma inicial se puede tratar con trabeculoplastia láser selectiva (SLT, por sus siglas en inglés) o con colirios que reducen la tensión ocular. Si no es suficiente hay que recurrir a cirugía”.
En cuanto a las novedades, Canut diferencia entre diagnósticas y terapéuticas. En el primer grupo, y relacionadas con la prevención, menciona la inclusión de tecnología con alta capacidad en la detección de lesión en fases precoces, haciendo hincapié en su disponibilidad para toda la población que recibe asistencia oftalmológica en España. La vicepresidenta de la SEG muestra especial interés por el estudio genético: “Nos brindará líneas de diagnóstico precoz y terapia génica de forma amplia”.
Con relación a las terapéuticas, Canut señala la aparición de nuevas líneas farmacológicas y láseres que complementan el objetivo terapéutico “sin comprometer los cambios visuales tras su aplicación”. Muñoz Negrete también comenta estas innovaciones: “Las novedades en tratamiento médico van a ser dispositivos de liberación prolongada de fármacos, que se inyectan en el interior del ojo y evitan tener que ponerse gotas”.
La presidenta de la SCOFT menciona también las principales novedades quirúrgicas: “Se han implementado nuevas técnicas, como los MIGS —cirugía mínimamente invasiva— y, sobre todo, su grado de seguridad”. En su conjunto, “han permitido un mayor abordaje del glaucoma, mejorando la calidad de vida de los pacientes”, destaca Canut.
¿Cómo afecta a los pacientes?
“Diagnosticado tardíamente produce una discapacidad visual grave que limita la vida del paciente y le hace dependiente para realizar tareas cotidianas”, comenta el presidente de la SEG. Canut concuerda con él y añade: “En cuanto existe limitación visual, la calidad de vida e interacción social queda más que comprometida”.
Ambos especialistas hacen hincapié en el impacto a nivel psicológico. “El momento del diagnóstico se suele vivir con un grado de angustia razonable”, señala la presidenta de la SCOFT. Muñoz Negrete asegura que es frecuente la presencia de depresión, asociada a la dependencia de los pacientes.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo del glaucoma?
Pueden ser demográficos, oculares y no oculares. Dentro de los oculares se encuentra el principal factor de riesgo conocido: la presión ocular (PIO) elevada. “Se estima que el riesgo de tener glaucoma con PIO mayor a 26 milímetros de mercurio (mmHg), puede ser hasta 12 veces mayor que en los individuos con PIO normal”, subraya la vicepresidenta de la SEG.
Sin embargo, Canut insiste en no utilizar un límite PIO específico como medida de detección o diagnóstico de glaucoma: “Requiere de un estudio amplio en el que un cambio de la PIO vaya acompañado de alteraciones morfológicas, estructurales y funcionales del nervio óptico”.
Otro factor de riesgo relacionado, aunque independiente, es un espesor corneal central (ECC) más delgado que el rango normal. “La medida del ECC sirve de ayuda para la interpretación de la lectura de la PIO y determina el riesgo de desarrollar glaucoma”, explica la vicepresidenta de la SEG. Aquí también se encontraría padecer una miopía elevada.
La prevalencia de glaucoma aumenta de forma exponencial con la edad
María Isabel Canut
En cuanto a las variables demográficas, la edad avanzada constituye otro elemento de riesgo importante. “La prevalencia de glaucoma aumenta de forma exponencial con la edad”, señala la vicepresidenta de la SCOFT. Por otro lado, las características étnico-raciales son también un importante factor de riesgo: “Se ha constatado una prevalencia hasta tres veces mayor en individuos afroamericanos en comparación con individuos de raza blanca”, expone Canut.
Por último, dentro de los factores no oculares, Canut presta especial atención a la historia familiar de glaucoma. “Existen estudios que demuestran cómo la probabilidad de tener glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) fue 9,2 veces más alta para personas que tienen un familiar de primer grado con GPAA confirmado”, comenta.
En este grupo también se incluye como factor de riesgo la diabetes tipo 2. “A falta de datos concluyentes, existen estudios poblacionales que apoyan la evidencia de que se trata de un importante factor de riesgo, relacionándolo con cambios microvasculares en la cabeza del nervio óptico y constatan una mayor probabilidad de presentar lesión en la capa de fibras nerviosas de la retina en personas con diabetes tipo 2”, explica Canut.
¿Cuál es la relación entre la miopía y el glaucoma?
“Los pacientes miopes tienen más riesgo de padecer glaucoma y cuantas más dioptrías, mayor riesgo”, detalla el presidente de la SEG. Los datos lo avalan. Según este estudio publicado en Ophthalmology, cada dioptría adicional de miopía se asocia con un aumento del 20 % de riesgo de padecer glaucoma de ángulo abierto. Los autores de este otro estudio, publicado en American Journal of Ophthalmology, ponen el foco en personas con miopía alta: “El riesgo aumenta abruptamente en los casos de miopía de alto grado”.
Los pacientes miopes tienen más riesgo de padecer glaucoma y cuantas más dioptrías, mayor riesgo
Francisco J. Muñoz Negrete
Además de ser un factor de riesgo para el desarrollo del glaucoma, la miopía es también una dificultad añadida para su diagnóstico, tal y como se señala en este estudio publicado en Biomolecules. “Los pacientes miopes presentan defectos establecidos en el campo visual que pueden imitar al glaucoma”, señalan sus autores. Además, “la miopía alta puede estar asociada con características clínicas que se asemejan al daño glaucomatoso, lo que dificulta el diagnóstico preciso del glaucoma”, explican.
Por todo ello, y teniendo en cuenta “otras alteraciones retinianas asociadas a la miopía magna” —que se da cuando se superan las seis dioptrías—, Muñoz Negrete pide tener especial atención en la población con alta miopía.
¿Se puede prevenir la enfermedad?
“Solo puede prevenirse con un diagnóstico temprano, realizando chequeos oftalmológicos periódicos, especialmente en poblaciones de riesgo”, afirma el Muñoz Negrete. Canut concuerda: “Hay que acudir al oftalmólogo de forma regular, para así poder establecer un diagnóstico en las fases más iniciales que puedan condicionar un buen futuro visual”.