El artículo publicado en la revista Nature muestra la presencia y las concentraciones de nanoplásticos en el Atlántico Norte, destacando que la cantidad total hallada de nanoplásticos se sitúa en el mismo rango o supera las anteriores estimaciones de macroplásticos y microplásticos para todo el Atlántico. Por consiguiente, sugieren que los nanoplásticos constituyen la fracción dominante de la contaminación por plásticos marinos, siendo la mayor fracción de masa plástica del océano.  

Si bien se han realizado un gran número de estudios científicos sobre la problemática ambiental de los microplásticos, son menos los trabajos que se centran en los nanoplásticos y estos son de mayor interés ya que, cuanto menor es el tamaño de la partícula de plástico, mayor es su toxicidad. Los nanoplásticos tienen una mayor capacidad para atravesar las barreras biológicas y para acumularse en los organismos vivos, incluidos los seres humanos.  

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hecho de que haya menos estudios sobre nanoplásticos se debe, en parte, a la dificultad en establecer metodologías para su análisis. Los propios autores mencionan posibles sobreestimaciones por falsos positivos debido a la presencia de materia orgánica procedente de las algas. Asimismo, alertan de lo extraño de no haber detectado ni polietileno ni polipropileno, cuando estos dos polímeros son los mayoritarios hallados en el plástico flotante de mares y océanos.  

A día de hoy, no existe un consenso sobre el modo de determinar y cuantificar los microplásticos y mucho menos aún, los nanoplásticos. Los autores realizan estimaciones sobre niveles de nanoplásticos y los comparan con otros estudios previos sobre microplásticos, sin mencionar el problema que supone la comparación de datos obtenidos mediante métodos de análisis diferentes. 

ES