El envejecimiento se asocia con un aumento de la inflamación crónica, un fenómeno conocido como inflammaging que se relaciona con diferentes enfermedades y que se consideraba universal. Ahora, un equipo internacional ha analizado datos de 19 proteínas asociadas a la inflamación en cuatro poblaciones diferentes: dos industrializadas (de Italia y Singapur) y dos no industrializadas (la población Tsimane de la Amazonia boliviana y la población Orang Asli de Malasia). Los resultados muestran que, al menos según esta forma de medición, en las poblaciones no industrializadas no hay un aumento de la inflamación con la edad, lo que cuestiona que sea un imperativo biológico e indica que dependería de estilos de vida y factores sociales y culturales. El trabajo se publica en formato de carta (letter) en Nature Aging.

Ruiz- Inflammaging
Antonio J. Ruiz Alcaraz
Profesor de Inmunología
La calidad del trabajo es buena, la revista es relevante y además presenta una importante cantidad de datos para el tipo de publicación que es, pero cabe destacar que se trata de una publicación en formato carta (letter), no en formato de artículo científico. Es decir, que se trata de una publicación breve y concisa, centrada en la rapidez de comunicación y el impacto de los datos, más que en un análisis exhaustivo con una estructura normalizada de artículo científico completo.
La información que presenta el trabajo encaja con los datos ya existentes sobre el tema, pero, a su vez, aporta una perspectiva novedosa al cuestionar la universalidad del inflammaging, un fenómeno comúnmente asociado al envejecimiento en poblaciones industrializadas y que supone la aparición de una inflamación crónica de bajo grado asociada con la edad. En este estudio, y a través del análisis de marcadores inflamatorios en poblaciones no industrializadas como los Tsimane y los Orang Asli, se muestra que el aumento de la inflamación con la edad no es una característica presente en todos los contextos y sociedades, sugiriendo, pues, que este proceso podría estar más relacionado con factores ambientales, culturales y de estilo de vida que con el envejecimiento biológico per se.
En cualquier caso, esta demostrada diferencia existente entre distintas poblaciones no es para nada inesperada, ya que hay muchos datos que muestran cómo el inflammaging depende, efectivamente, de diversos factores sociales y ambientales como la mala nutrición (comida ultraprocesada), el sedentarismo, la contaminación, etc., que están más presentes en sociedades industrializadas.
En cuanto a las implicaciones de estos datos, la información aportada confirma que el inflammaging es más una consecuencia del estilo de vida moderno e industrializado que una característica intrínseca de la biología humana y que, por tanto, se puede prevenir o modular si se mejoran los hábitos de vida tendiendo a una vida más saludable, es decir, con una menor exposición a contaminación, una dieta más apropiada (como la dieta mediterránea) y una mayor actividad física.
Aunque el estudio no parece tener limitaciones importantes, el hecho de que este esté publicado en forma de carta científica (letter) implica ciertas limitaciones propias del formato. Algunas de esas limitaciones son la brevedad del formato que limita el desarrollo y profundidad del análisis, así como una discusión más corta y menos profunda sobre posibles sesgos, limitaciones o implicaciones clínicas. Además, a este tipo de publicaciones a veces se le aplica una revisión por pares algo menos exigente que a los artículos científicos completos (aunque puede que este no sea el caso) para lograr una publicación rápida de alto impacto mediático.
En cualquier caso, como indicaba anteriormente, los hallazgos encajan con la evidencia científica en cuanto a los factores condicionantes del inflammaging y cómo este puede depender tanto del contexto social y del ambiente como de la biología de los individuos.
- Carta
- Revisado por pares
- Estudio observacional
- Humanos
Franck et al.
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