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Las garrapatas, transmisoras de enfermedades que ahora entran en el plan de vigilancia de Sanidad

Hoy se presenta la tercera parte del Plan Nacional de Vigilancia y Control de Enfermedades transmitidas por Vectores, centrada en las garrapatas, ácaros parásitos causantes de dolencias graves. De entre ellas, las dos que más preocupan en España son la enfermedad de Lyme y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Se espera que los casos vayan en aumento, pero hasta ahora no ha existido vigilancia. Las autoridades sanitarias internacionales también han advertido de sus riesgos con motivo de la Eurocopa que se está celebrando estas semanas en Alemania. 

20/06/2024 - 11:00 CEST
garrapata

Las garrapatas son ácaros parásitos que se alimentan de la sangre de mamíferos y aves. Adobe Stock.

Este jueves se presenta de manera oficial la tercera parte del plan nacional de enfermedades transmitidas por vectores, centrada en las garrapatas. Se busca llevar a cabo una vigilancia de las enfermedades transmitidas por estos animales, que hasta ahora no se realizaba, a través de la detección, gestión y control de casos. 

El motivo tras este plan es conocer mejor la incidencia de la enfermedad de Lyme, una patología que transmiten las garrapatas y que, aunque es infrecuente, puede provocar secuelas graves. Al mismo tiempo, también se pretende identificar mejor los casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una enfermedad emergente que también contagian estos arácnidos. 

¿Qué son las garrapatas? 

Se trata de ácaros parásitos —son arácnidos, no insectos— que se alimentan de la sangre de mamíferos y aves. Miden entre tres y cinco milímetros, aunque el tamaño depende de la especie, el sexo, la edad y, sobre todo, de si ha comido recientemente, ya que estos animales pueden aumentar más de diez veces su tamaño tras la ingesta de sangre. Aunque existen cientos de especies, no todas transmiten enfermedades ni pican a seres humanos. 

¿Por qué son peligrosas? 

Las garrapatas transmiten virus, bacterias y protozoos causantes de muchas enfermedades, algunas de ellas muy graves e incluso potencialmente mortales. Estas incluyen la tularemia, la enfermedad de Lyme, la encefalitis transmitida por garrapatas, la babeiosis y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. 

De la larga lista, son dos las enfermedades que preocupan especialmente en España. La enfermedad de Lyme —por la falta de datos, la dificultad de diagnóstico y su potencial para causar secuelas graves— y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo —por su gravedad y su estatus de enfermedad emergente—. 

¿Qué es la enfermedad de Lyme? 

Se trata de una enfermedad causada por bacterias del género Borrelia y transmitida por garrapatas del género Ixodes. Puede afectar a diversas partes del cuerpo como la piel, el corazón, el sistema nervioso, las articulaciones y los músculos. Su signo más característico es la aparición de una eflorescencia cutánea en forma de diana. 

En una jornada informativa sobre el Plan Nacional de Enfermedades Transmitidas por Vectores celebrada el 17 de junio, Lucía García San Miguel, jefa de área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), explicaba que esta es la enfermedad más numerosa transmitida por garrapatas y la que tiene más impacto: “No es una infección que se cura y punto, sino que al cabo de los meses pueden seguir apareciendo manifestaciones y puede provocar secuelas graves e incapacitantes de por vida, pero es dificilísima de diagnosticar porque no hay métodos adecuados”. 

“Es una enfermedad que, si se evalúa después de haber tenido la fase aguda, no es nada fácil de diagnosticar y son diagnósticos indirectos con alta sospecha, pero para nada evidentes”, apuntaba el director del CCAES, Fernando Simón. La dificultad para garantizar que los síntomas son causados por la enfermedad de Lyme ha hecho que en algunos foros se utilicen métodos de diagnóstico no validados. “Luego se verifica que muchos de los casos no lo son, pero es muy difícil decirle a una persona con un cuadro muy invalidante que no tiene Lyme, y más cuando está convencida de que sí que lo ha tenido”, añadía Simón. 

¿Qué es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo? 

Se trata de una enfermedad causada por un virus y transmitida por garrapatas del género Hyalomma. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, mareo, vómitos, dolor de cabeza, de ojos y de cuello y un dolor intenso en la espalda y las piernas. La mortalidad puede alcanzar el 40 % y, a diferencia de la enfermedad de Lyme —que requiere de la picadura de una garrapata— se puede contagiar entre personas. 

En España se trata de una enfermedad emergente de la que se han detectado 15 casos desde 2016. “Creemos que irá en aumento”, asegura García San Miguel, coordinadora del Plan Nacional. De momento, la mayoría de los casos se han detectado en Salamanca y el oeste de Extremadura, aunque es posible que en otras zonas haya infradetección porque los sanitarios no esperan la enfermedad. 

¿Cuándo y dónde es mayor el riesgo de picadura? 

“En verano es cuando esperamos casi todas las enfermedades por vectores, porque es cuando están más activos”, dice García San Miguel. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con el Centro Federal Alemán de Educación Sanitaria (BZgA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) han incluido una advertencia sobre las garrapatas en su guía de consejos para asistir a la Eurocopa 2024 que se está celebrando en Alemania. 

“Mientras estés al aire libre, recuerda que las garrapatas son más activas de abril a septiembre. Las garrapatas no solo están en los bosques, sino también en parques, jardines y patios traseros, donde quiera que estés disfrutando de los partidos de fútbol o de las fiestas que los acompañan”, advierte la guía, en la que se hace hincapié en que estos ácaros pueden transmitir enfermedades que provocan afecciones crónicas graves como la enfermedad de Lyme o la encefalitis transmitida por garrapatas (ETG). 

En España, de momento se encuentran sobre todo en zonas rurales. “En ciudades es extraño y en principio no hay riesgos importantes, pero esporádicamente puede haber algún caso si la trae puesta algún animal o excursionista”, aclaraba Simón. 

¿En qué partes de España hay un mayor riesgo? 

García San Miguel comentaba que la enfermedad de Lyme se concentra fundamentalmente en el norte: Asturias y Galicia, pero que también se detecta en el resto de las comunidades autónomas. Por eso, el objetivo a partir de ahora “es vigilar en toda España”. “No tenemos mucha idea exactamente de cuántos casos hay”, admitía. 

Con la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo sucede algo parecido: aunque la mayoría de los casos se focalizan en Salamanca y Extremadura, está por ver si existe una infradetección en otros lugares en los que no se esperarían encontrar casos. 

Pero ¿hay más garrapatas que antes? 

En algunas zonas de España los casos de picaduras por garrapata han aumentado. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se multiplicaron por seis en el último lustro. El cambio climático puede haber desempeñado un papel, ya que la temporada de estos ácaros se ha extendido debido a las temperaturas, y ya aparecen un mes antes de lo que era habitual: en vez de empezar en mayo, las picaduras comienzan en abril. 

¿Hay que tener precauciones especiales con los perros? 

Al contrario de lo que suele pensarse, el riesgo no está asociado a los perros: estos animales no suelen sufrir picaduras gracias a los collares que llevan y, en cualquier caso, las especies que transmiten la enfermedad de Lyme y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo no afectan a los perros. 

¿Cómo puedo reducir el riesgo? 

“Tenemos que ir al campo protegidos con ropa larga, el calcetín por encima del pantalón, que en verano nos cuesta un poco y vamos más fresquitos de ropa. Es muy importante cuando llegamos a casa revisarse y revisarnos unos a otros porque a veces están en sitios que no se ven”, resume García San Miguel. También se pueden usar repelentes. 

Las garrapatas tardan horas en empezar a alimentarse, pero solo entonces existe riesgo de infección: si encontramos una en nuestro cuerpo, pero no se ha ‘enganchado’, podemos eliminarla sin mayor preocupación. 

He encontrado una garrapata enganchada, ¿qué hago? 

García San Miguel explicaba que en caso de picadura “se puede usar una pinza de borde romo, pero es importante sacarla tirando hacia arriba”. En caso de no saber o querer hacerlo, deberemos acudir a un centro de salud. 

Es importante evitar otras formas de extracción tradicional (aceite, algodón con alcohol, tijeras, calor o incluso tirar de ellas con los dedos) porque pueden facilitar el contagio de los patógenos que pudiera tener el animal. 

Nunca hay que esperar a que se desprenda por sí sola, sino extraerla lo antes posible, ya que el riesgo de infección aumenta con el tiempo. También es importante conservar la garrapata porque puede ser de gran ayuda para los médicos y ayudar al diagnóstico en caso de enfermedad. Se puede conservar en un bote con papel húmedo. 

Me ha picado una garrapata, ¿cómo sé si tengo que ir al médico? 

El riesgo de desarrollar una enfermedad tras una picadura de garrapata es mínimo, pero es recomendable mantenerse en observación durante cuatro semanas por si aparecen manifestaciones clínicas. En ese caso es necesario acudir al médico —si no se ha hecho antes para la extracción del animal—. 

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