Maira Bes-Rastrollo
Co-coordinadora del grupo de trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, y miembro de CIBERobn
Tenemos suficiente evidencia científica para tomar las acciones necesarias para promover el consumo de alimentos mínimamente procesados y desincentivar el consumo de alimentos ultraprocesados. Los resultados de la última revisión sistemática sobre el tema concluyen que el consumo de alimentos ultraprocesados se asocia con peores desenlaces en salud; especialmente aumentan el riesgo de mortalidad, enfermedades metabólicas y mentales.
Se trata de una revisión sistemática de revisiones sistemáticas existentes, llamada revisión en paraguas. Los autores hacen una síntesis de la evidencia científica disponible sobre el tema. Ello sirve para tener una visión general de los efectos perjudiciales del consumo de alimentos ultraprocesados sobre la salud, pero no aportan ningún dato nuevo, como podrían ser los resultados obtenidos de una investigación original. Para poder realizar revisiones sistemáticas, primero es necesario la existencia de artículos originales como los realizados con anterioridad sobre el tema en nuestro medio: BMJ 2019, Mayo Clin Proc 2019.
Una limitación importante del trabajo es la utilización de la escala GRADE para valorar el grado de evidencia, que es útil para valorar la calidad de las revisiones sistemáticas basadas en ensayos clínicos con fármacos, pero no lo es para valorar los estudios en nutrición. Para ello, se propone el uso de la escala NUTRIGRADE. No obstante, los resultados del trabajo destacan que la evidencia científica es convincente para poner en marcha medidas estructurales como la existencia de impuestos a los alimentos ultraprocesados para poder abaratar los alimentos frescos y, de este modo, la opción más fácil sea la opción más saludable, ya que, al fin y al cabo, uno de los principales factores que influyen en los hábitos alimentarios de la población es el precio de los alimentos. De lo contrario, la brecha social en salud aumentará sin remedio.