Manuel Franco
Responsable de relaciones internacionales de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), organizador del Congreso Europeo de Salud Pública 2026 (EUPHA), profesor de investigación Ikerbasque en el Basque Centre for Climate Change (BC3) y profesor e investigador en las universidades de Alcalá y Johns Hopkins
El artículo presenta una metodología interesantísima que permite estudiar casi al 40 % de la población mundial. Además, los resultados destacan factores específicos a nivel de ciudad y país que influyen en el transporte activo como son la densidad poblacional, los kilómetros de carril bici construidos y la coexistencia de la bicicleta con el coche en calles de velocidad muy reducida. Políticas de transporte activo podrían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al desplazar los vehículos motorizados, reducir la contaminación en las ciudades y mejorar la salud al aumentar la actividad física.
El artículo es muy interesante desde el punto de vista de la planificación urbana y el transporte público. En un artículo recién publicado en la revista Landscape and Urban Planning examinamos cómo el entorno construido, las estructuras sociales, las condiciones económicas y el contexto político influyen en el comportamiento relacionado con la actividad física en tres barrios socioeconómicamente diversos de Bilbao. Este proyecto participativo destacó cómo las infraestructuras para los peatones y la caminabilidad son fundamentales y cómo la regulación del tráfico se asociaba a la percepción de seguridad del peatón y el ciclista.
[En cuanto a posibles limitaciones] Al ser un estudio con más 11.500 ciudades se pierde mucho detalle. Aun así, el estudio es capaz de identificar diferentes modelos urbanísticos y de transporte que tienen diferentes modos de afectar a la salud de los habitantes de esas ciudades.