Ignacio Melero
Catedrático de Inmunología de la Universidad de Navarra, investigador del CIMA y codirector del departamento de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra
Es una buena noticia que los pacientes tratados con células CAR-T tengan un beneficio clínico sostenido en el tiempo. Cabe señalar que pensamos que los CAR-T que se utilizaban hace una más de una década en Baylor College of Medicine para el tratamiento del neuroblastoma han sido muy mejorados en la actualidad ingenierizando dominios de coestímulo.
La persistencia de las células CAR-T en circulación durante años es otro dato de interés. En este ensayo uno de los ‘trucos’ era que parte de los linfocitos transferidos genéticamente para ser células CAR-T eran específicos de un virus que infecta latentemente a la mayoría de la población (el virus de Epstein Barr). Lo que se pretendía con esto era ver si tenían algún tipo de ventaja por ser estimulados por los antígenos virales en comparación con los CAR-T de especificidad desconocida. No se demuestra claramente la ventaja en el artículo, pero hay algunos datos sugerentes de que las poblaciones específicas de antígenos del virus de Epstein Barr están mejor dotadas funcionalmente.
El neuroblastoma es un temible tumor sólido pediátrico, y que la duración de las remisiones que se obtienen con el tratamiento con CAR-Ts anti-GD2 puedan ser tan largas es una noticia excelente para la comunidad de inmunoterapia.